❅ Gatito de Nieve ❅

❅小猫に冬を死にました❅

Jugaba solo en el parque cerca a mi casa, balanceándome débilmente en el columpio con mi vista clavada en mi short hasta que algo llamó mi atención, bajo un árbol a unos metros veía un pequeño montículo de un color azul acua. Con cuidado de no caer, bajé del columpio y caminé tan rápido como mis cortas piernas me permitían, cuando llegué a su lado vi que era un niño como yo, que dormía sobre el pasto a la sombra del árbol, su piel era muy clara, su cabello negro y sus facciones me recordaban a un gatito, usaba una amplia chamarra azul y unos shorts oscuros. Con una sonrisa sacudí su hombro hasta que abrió los ojos, al verme frunció el ceño y trato de volver a dormir, pero seguí moviendo su hombro hasta que se sentó viéndome feo.

― ¿Qué quieres niño?

― ¿Quieres jugar conmigo?

―No, ahora lárgate y déjame dormir.

―Por favor, juega conmigo hyung.

―No soy tu hyung, así que déjame en paz, ve a jugar con otros renacuajos como tú.

―No quieren jugar conmigo porque suelo romper sus juguetes por accidente y dicen que soy muy torpe.

Vi al otro niño soltar un suspiro mientras se ponía de pie y me tendía la mano.

―Vamos.

Con una sonrisa tome su mano y caminamos a los juegos, el niño gatito resulto ser muy alegre cuando jugaba, cuando el sol comenzó a ocultarse en el horizonte tuve que despedirme del niño, pero también me prometió que mañana jugaríamos, asi que me fui feliz a casa donde le conte a mamá que había jugado con un niño que parecía un gatito y mañana lo vería en el parque. Por lo que me dio un tóper con galletas y bolitas de arroz que metió a mi mochila junto a unos jugos y un par de juguetes.
Cuando llegué al parque busque al niño en los juegos, pero no estaba en ningún lado, así que creí que no vendría, luego recordé que era como un gatito dormilón, mi sonrisa creció cuando lo vi dormir debajo del árbol, sin dudarlo corrí hacia él y lo abracé, ganándome quejas de su parte hasta que me reconoció y sonrió de forma rara.

―Pareces un Woopa hyung.

― ¿Un qué?

Con una sonrisa saqué la figurita de Pokémon y se la mostré.

―Esto.

El pelinegro solo hizo un puchero mientras susurraba cosas que creía eran groserías, ya que mamá las decía mucho cuando hablaban del banco. Interrumpí el berrinche del niño sacando el tóper y ofreciéndole la comida, sus ojitos brillaron como si fueran estrellas y empezó a comer, yo tomé solo un par de galletas ya que no tenía mucha hambre.

―Hyung― El mencionado me volteó a ver tomando del juguito entre sus manos― ¿Cómo se llama?

Tras dejar ir la pajilla aclaro su garganta―Yoongi.

―Mucho gusto Yoongi hyung, yo soy Namjoon, tengo 6 años.

El contrario sonrío y alboroto mi cabello―Eres un bebé, yo tengo 8.

Por un rato estuvimos bajo la sombra del árbol comiendo mientras le mostraba mis figuritas de Pokémon, y aunque el mayor parecía confundido pareció gustarle de lo que hablaba. Esa tarde no fuimos a los juegos ya que nos entretuvimos solo hablando. Cuando llegué a casa le conté a mamá de Yoongi, y aunque hizo una mueca extraña y pareció desanimada cuando lo mencioné, yo estaba feliz de tener un amigo.

Los días pasaron y la rutina se repetía, iba al parque a jugar con Yoongi y volvía a casa al anochecer, y aunque mamá me decía de forma suave que me alejara del niño gato yo no pensaba apartarme, Yoongi era muy amable conmigo, incluso se preocupaba cuando llegaba con curitas en mi nariz y rodillas por haberme caído en la escuela. Seguimos de esta forma hasta el invierno, muy pocos niños iban al parque porque la nieve hacia muy resbaloso todo y los juegos estaban congelados, pero yo quería jugar con hyung, me puse una chamarra, gorrito y bufanda, llene mi mochila con unas cuantas galletas y un termo con chocolate que mamá me había dado y corrí por las blancas calles hasta el parque, Yoongi estaba sentado en una banca con sus shorts negros y chamarra acua como siempre, me acerqué a él y subí al banco para arrodillarme a su lado, quitando la bufanda de mi cuello para ponérsela.