¡Y su nombre es...

1.6K 113 31
                                    

Japón, Tokio.

En una modesta casa de Tokio, se podían apreciar grafitis por toda la casa, en el techo. En las paredes y en la puerta. Hasta por toda la calle que conducía hacia la casa habían grafitis.

Los grafitis eran variados, pero algo que tenían en común era una cosa.

"¡MUERETE **** ******!".

Dentro de la modesta casa se escuchaba música de rock.

La música resonaba por todos lados, mientras un adolescente de 16 años terminaba de entrenar.

El adolescente estaba completamente sudoroso, y usando unos shorts negros de cinco pulgadas.

Sus muñecas y tobillos estaban cubiertos por vendas de combate, para proteger sus articulaciones.

El sudor recorría el cuerpo completamente musculoso y lleno de cicatrices del adolescente.

El cabello de este era castaño y estaba atado en una cola de caballo, sus ojos eran verde jade y desprendían un brillo siniestro.

Su cara estaba llena de lo que parecían ser golpes ya que tenía hematomas que casi desaparecían.

El adolescente terminó su última serie de lagartijas a una sola mano y salió del sótano que su casa tenía.

En el sótano se podían ver unas pesas, una banca con barra y un saco de boxeo llenó de parches.

El castaño escalo la pequeña escalera que conducía a su sótano, y salió de ahí para ir a la cocina y ver la hora.

5:30 AM

"Bien, me queda tiempo para bañarme y desayunar, total las clases empiezan a las 7:20, no puedo estar tarde en mi primer día " . Se dijo el castaño así mismo, mientras vio el reloj de su cocina.

Este pasó de largo de su cocina y fue directo a ducharse.

Luego de ducharse, este fue a su habitación y se puso su ropa interior acompañado de una camisa blanca y unos pantalones negros, con unos zapatos converse rojos.

Su camisa blanca fue tapada por un blazer negro de botones amarillos.

Nota de Autor:
(Un blazer es como un sacó formal, solo que es cortado de forma diferente y es usado mucho en Japón o en colegios privados).
Fin de Nota de Autor.

El adolescente al terminar de vestirse salió de su habitación y fue hacía su cocina.

"Bien, creo que haré hoy unos huevos revueltos con un bagel, ese enano me dijo que comer eso me llenaría y me haría mas fuerte" Habló con si mismo el adolescente y prendió la hornilla de la cocina, sacó la sartén y dejó que se empezará a calentar.

Para luego sacar los huevos de la nevera y los bagels de su despensa.

El castaño rompió los huevos sobre un plato de plástico y luego con una cuchara de metal revolvió los huevos en dicho plato.

Al terminar de revolverlos les echó un poco de sal, dejó el plato quieto por un momento y de la despensa saco un aceite en spray.

Roció el spray en el sartén y este al instante empezó a hervir, al ver eso rápidamente agarró el plato de plástico con los huevos y luego los echó en el sartén.

Estos inmediatamente empezaron a hervirse, al ver eso el castaño sacó un bagel de la bolsa de plástico y lo puso en su microondas. Los dedos del castaño agarraron la pequeña manilla del microondas, lo cerró cuidadosamente, al verlo cerrado este tecleó el tiempo que quería que se calentara su bagel, que era 30 segundos.

JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora