En medio de la noche -Snack-

-Snack-

1976-sexto año

 En el Gran Comedor las mesas de las casas estaban llenas, todos los alumnos conversando mientras cenan un viernes helado donde, si miras fuera, verás cómo el blanco de la nieve engulle todo el patio y el bosque prohibido.

 Los Ravenclaw hablan en un tono bajo, chismeando entre sí, y los que no, leyendo un libro antes de dormir. Si llegas a escuchar un rumor proveniente de un Ravenclaw podrás estar seguro casi al cien por ciento que es verdad.

 Los Hufflepuff hablan en un tono normal, compartiendo vivencias o sueños entre sí, algunos hablando de lo que querían se de mayor y los más pequeños jugando suavemente entre sí. Podrían verse muy tranquilos y amables, pero ten cuidado de hacerlos enojar.

 Los Slytherin estaban casi en silencio, comiendo con modales dignos de sangre pura y hablando de vez en cuando en voz baja, sin perder la elegancia que los caracterizaba. Entre ellos podían tener secretos, los guardaban cómo si fuesen los propios.

   Los Griffindor, sin duda, eran los más bulliciosos, haciéndose pequeñas bromas o hablando de cualquier cosa que se les pase por la cabeza, algunos comían cómo si no hubiesen probado bocado en días. Ellos son muy buenos escuchando, podrías contarles cualquier cosa.

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 En la mesa de los leones, los cuatro merodeadores comían y hablaban, cómodos con su rutina. James parloteaba de lo bonita que era Lily Evans y su rechazo del día, Remus comía tranquilamente mientras se reía de la desgracia de su amigo, Peter ya iba por su segundo plato y agregaba cosas a la historia de James que lo hacía verse aún peor y Sirius estaba distraído mirando a la mesa de las serpientes. No sería algo raro en él, ya que lo hacía desde el año pasado, había estado raro luego de las vacaciones y pasar de ser un alumno de cuarto a uno de quinto.

 La verdad era que en las vacaciones se encontró con alguien al que no le tenía mucha estima por así decirlo, pero se siguieron viendo y una cosa llevó a otra...y terminaron besándose ¿Cómo pasó eso? Digamos que Sirius no es alguien a quien le importe mucho pensar las cosas antes de hacerla "si lo quieres hacer, hazlo" y lo hizo.

 Al menos no fue rechazado vilmente.

 Pero dejando eso de lado, en la mesa Slytherin, Severus comía tranquilamente, sin conversar con nadie, no era muy adepto a que le interrumpieran en sus comidas. Sin embargo, sintió como alguien le miraba, y claro, ¿Quién más? Levantó la vista y lo vio, sus hermosos ojos grises y su suave cabello (lo sabía porque ya lo había tocado antes), el muy idiota lo veía sin ningún pudor.

 Hoy era viernes, se dijo.

 Desde comienzos del año pasado los viernes eran especialmente suyos, una tradición que no querían romper ante nada, así que solo ellos dos sabían de aquello.

 Una mirada devuelta, una conexión, un pequeño sonrojo por parte de ambos y una media sonrisa por parte del león y sabía que a las doce, sus manos se tocarían otra vez.

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 Faltaban minutos para la hora acordada, pero aún si estuvieron haciendo eso hace más de un año, seguían ansiosos.

 Así que ambos, en la Torre de Astronomía, se encontraron.

-Hey- saludó Sirius.

-Hey- devolvió Severus.

 Sus sonrisas eran capaces de iluminar la noche aún más que las estrellas, lo sabían.

 Con una reverencia, Sirius pidió la mano de Severus, mirándolo a los ojos.