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— He escuchado que alguien ha soltado los roedores del laboratorio de ciencias — comentó Tae al final de la última clase, mientras caminaban por el pasillo. — No he visto a ninguna rata suelta, pero sí profesoras subidas a mesas y sillas por el pánico. Este año ha sido más divertido que el anterior.

— Ah, no ha estado mal — repuso Seok — pero la gelatina en la piscina del año pasado sigue siendo insuperable.

— Seguimos sin saber quién hizo aquello — recordó Jungkook, ya recuperado tras pasar media hora en el lavabo. — Por cierto, ¿has desistido de gastarle una broma a Jin hyung?

— Para nada, todavía tengo un as en la manga.

Polvos pica pica.
Ya podía imaginar a su amigo rascándose como loco por el picor que le produciría el polvo, todo rojo y enfadado; aquello sería una risa. Seok vertió los polvos del sobre en un vasito de plástico y lo colocó encima de la taquilla de Seokjin, que estaba al lado de la suya. En cuanto el mayor la abriera, el vaso le caería encima y esta vez nada podía salir mal.

Estaba guardando los libros que no necesitaba para el día siguiente, cuando le habló una voz que no esperaba.

— Jung, no crea que se ha librado del castigo — le dijo Min Yoongi con tono severo. — Después de todo lo que ha hecho hoy debería expulsarle por una semana. A su edad, ¿no le da vergüenza comportarse así y faltarle el respeto a un docente?

— Profesor Min, esas bromas no eran para usted — Seok se defendió con la verdad, aunque a Min le sonó a excusa barata. — Usted simplemente se encontraba en el lugar equivocado en el momento inoportuno. Fue todo un accidente, de verdad.

— Mire, hice la vista gorda con los bollos y el cojín de flatulencias, pero la tarta y la serp...

Oh, no. ¡No, no, no! Hoseok dejó de escucharle porque vio un hocico bigotudo asomando por encima de las taquillas: una rata del laboratorio de ciencias. Sus ojos se abrieron como platos al ver cómo el animalito blanco correteaba al borde de las taquillas, peligrosamente cerca del vaso que había colocado sobre la de su amigo... justo donde ahora estaba el profesor.

— S-señor Min, debería...

— Cállese, que no he terminado de hablar.

— ¡Pero...!

No tuvo tiempo para avisarlo, porque la rata pasó corriendo junto al vasito, empujándolo por el borde de la taquilla. Los polvos pica pica cayeron direcatamente sobre la cabeza de Yoongi, esparciéndose por su cabello negro y colándose dentro de su camisa. Su cara fue todo un poema al comprender lo que había pasado y que, una vez más, había sido víctima de una inocentada.

Hoseok se tapó la boca con las manos; en otras circunstancias hubiera soltado una carcajada, pero dada la situación era mejor no echar más leña al fuego porque Min ya estaba bastante enfadado. El mayor comenzó a rascarse el cuello porque los polvos pica-pica no tardaron nada en surtir efecto, produciéndole una picazón muy molesta.

Yoongi vio el recipiente de plástico en el suelo, se agachó para recogerlo y cuando comprobó que aún quedaba un poco de polvo al fondo, agarró a Hoseok de la solapa de la chaqueta y echó lo que quedaba del vaso por el cuello de su camiseta.

— ¡¿Pero qué hace?! — exclamó horrorizado, antes de comenzar a rascarse igual que Min.

— Darle de su propia medicina, Jung. ¿A que no tiene tanta gracia cuando se lo hacen a usted?

Los gritos de una estudiante les llamaron la atención, a ellos y a los demás alumnos que estaban en el pasillo.

— ¡Rápido, venid todos! ¡El profesor Kim Namjoon está nadando desnudo en la piscina!

April Fools [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora