Capítulo 1 (Los chicos)

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Capítulo 1 (Los chicos).

En las calles del pueblo de Slot de año 1986.

- Hola señor, ¿Cómo está?

- Bien, ¿acaso lo conozco?, dijo el indigente.

- no, pero le tengo una propuesta, señor, sonrió.

- ¿y de qué se trata?, dijo el indigente,

- solo tengo una pregunta, ¿tiene hijos?

- ¡Usted que le importa!, dijo el indigente.

- solamente es para la propuesta.

- si tengo, y para que pregunta eso, dijo el indigente.

- nada más le voy a decir deme a su hijo y le doy este maletín, abriendo el maletín, con muchos fajos de billetes.

- ¿únicamente eso?, dijo el indigente, mirando sorprendido.

- sí, nada más es eso.

- trato hecho, dijo el indigente.

El señor con traje le dio al indigente el maletín con fajos de billetes, y el indigente le dio al niño.

Un mes después...

El señor con traje llego con otro indigente.

- Oiga, como se llama, dijo el señor con traje.

- Adolfo, ¿por qué?, dijo Adolfo, mirando con cara confundida.

- oye, le tengo una propuesta, dijo el señor con traje.

- dígame, soy puros oídos, dijo Adolfo.

- ¿tiene hijos?, dijo el señor con traje.

- sí, ¿para qué?, dijo Adolfo.

El señor de traje le enseño un maletín con muchos fajos de billetes, y dijo – lo quiere, pero únicamente deme a su hijo, con una sonrisa asquerosa.

Adolfo estuvo pensando, y le contesto al señor de traje, - trato hecho, le doy mi dirección, como a las 6 pm, mientras estaba sudando.

-ok, muchas gracias, señor, por su cooperación, dijo el señor con traje, despidiéndose, mientras se iba de las calles del pueblo de Slot.

Pasaron las horas, hasta que fueran las 6 pm, Adolfo estaba nervioso, no sabía si valdría la pena sacrificar a su hijo por dinero, y poder vivir la vida que quería con su esposa, pero con gran sacrificio, y se quedó esperando la puerta.

Toc toc toc...

Adolfo se le quedó viendo a la puerta indeciso, estaba nervioso y sudando.

Toc toc toc...

Adolfo le abrió, era el señor con traje.

- ¿tienes al niño?, dijo el señor con traje.

- sí, es esté, dijo Adolfo, mientras enseñaba a su hijo.

El señor con traje le dio el maletín y agarro al niño bruscamente, y se largó de ahí, Adolfo estaba llorando, aunque ahora es rico, llego la esposa de Adolfo.

Oye amor, ¿y nuestro hijo?, dijo Fernanda, con una sonrisa hermosa.

Adolfo solo se puso de rodillas, llorando y suplicándole que lo perdone y lo entienda, Fernanda no sabía qué hacer con una cara confundida.

- ¡cambie a nuestro hijo, perdona, me dio mucho dinero exclusivamente por nuestro hijo, podremos vivir la vida que siempre querías!, dijo Adolfo, mientras llora y arrodillado enfrente de Fernanda.

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