꒷꒦ 𝐂𝐑𝐘 𝐀𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐄𝐍 𝐃𝐈𝐄 ; seungbin

another day;

Antes de leer lo siguiente, perdonen cualquier error ortográfico/gramatical, en un futuro este fic sera completamente revisado y corregido para una mejor experiencia al momento de leer.

De nuevo, quería llorar y después morir.
La inestabilidad emocional con la que había vivido todo estos años le repugna. Pero para ser sinceros cuando se sentía de otra forma que no fuese un pedazo de mierda inservible, no sabía como actuar. Se acostumbró tanto a el echo de estar mal, que olvido que era ser una persona "normal", alguien que puede reír sin pensar demasiado en el porqué. Era una sensación de vacío acompañado con la insuficiencia del no ser suficiente para los demás ni para ti mismo.

¿Por qué simplemente no pudo ser de los afortunados que su vida no tubo un bache de depresión y ansiedad que paro su vida por años?

La vida lo odiaba, eso estaba claro.

Después de años por fin estaba viviendo su vida de nuevo. Era difícil acostumbrarse o acoplarse a los demas. Su niñez y adolescencia prácticamente los paso en una cama llorando e implorando por que alguien de una vez se lo llevará, ya que el, no era suficientemente valiente como para hacerlo por si mismo. SeungMin, estaba comenzando a vivir, pero no sabía ni siquiera como comenzar. Tenía tanto miedo, el mundo lo intimida una vez más.

Esa mañana había tenido un baño lleno de pensamientos, pensó en lo que haría cuando llegará a su nueva escuela, ¿Haría amigos? Nunca tuvo ni supo como hacer amigos, o cuando lograba tenerlos, su estado hacía que pareciese que ignoraba su existencia e inevitablemente ellos se iban.

Ya habían pasado unas cuantas horas de eso, ya estaba frente el portón de ese gran lugar lleno de personas las cuales le dan miedo, alimañas esperando atacar. O eso pensaba, Min. Suspiro quitándose los auriculares y escucho el bullicio tan extraño y que ya no recordaba de las personas. Era un poco molesto, pero no podía echarse para atras otra vez.

Camino sujetando fuertemente las correas de su mochila lado a lado. Cada paso era acompañado por un brinco agitado de su angustiado corazón lleno de miedo. Recordaba lo que su psicóloga le había dicho una y otra vez cada que tenía un ataque de panico "recuerda respirar" algo tan simple, pero que realmente no estaba haciendo.
Llego a la que sería su jaula por un año entero. No tanto por que no le gustará la escuela, no le gustaba, pero lo que menos le agradaba era estar rodeado de personas. Y un salón por obvias razones tenía que estarlo.

Tomo asiento en uno de los bancos de atras y respiro profundamente. Saco de su mochila algunas cosas que necesitaría y se quedó quieto, congelado; Como si de esa manera nadie podría notarlo.

Muy tarde.

Un despistado pelinegro choco contra su respaldo, enpujandolo un poco hacia delante, así, tirando un lápiz y borrador que el castaño había perfectamente colocado previamente. Min, se quejó internamente más no dijo nada, solo se dedicó a recoger sus cosas y volver a colocarse en su asiento.