Capítulo 1

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Desde que las hermanas Patrick nacieron nunca tuvieron un padre "presente" o "decente".

Prácticamente se escapó ni bien se enteró que existía Brayle en ese vientre. Era un típico mujeriego, y es posible que aún lo siga siendo. Al parecer si tuvo un poco de cariño por Ana, ya que decidió volver un par de veces, pero el tener una bebe lo agobio. De las pocas veces que volvió, la última fue cuando la misma quedo embarazada de Casey, la menor solo por un año.

Cas, por suerte, no tuvo que volver a verlo, nunca tuvo la necesidad de recordar esa imagen borrosa casi imposible que tienes de alguien. Pero ella lidio con el solo imaginárselo.

No hay que explicar que él nunca volvió a aparecer, ni a llamar, ni a tener ningún tipo de relación con ellas.

Cuando el desapareció por última vez, Ana no tuvo más que pedir ayuda a su familia. Una familia recta y estricta, que jamás concebiría la idea posible de que su hija sea una madre soltera, y de que sea capaz de hacerlo.

Trataron de casarla con más de un millón de hombres, de todas las edades, de todos los tamaños y colores que imaginen. Viejos, jóvenes, siempre con dinero. Pero las niñas debían tener una figura paterna.

Ana nunca estuvo de acuerdo, y siempre hizo lo imposible para escapar de esas situaciones. Hasta que cansada de las críticas de todas esas personas, que siempre suelen ser las que te quieren y apoyan, tomo la decisión de tomar las niñas y marcharse.

Tampoco se preocuparon en buscarlas, ni en nada parecido. Nada muy alejado de lo que hizo su padre.

Pero así están mejor. Hoy, luego de tanto tiempo, Ana decidió a dar el "Si". Con Daniel Greyk, un hombre que conoció hace bastante.

Así que aquí están en el hotel, rodeadas de flores, adornos, cosas dulces, y bueno... todo aquello que hay en esas fiestas.

Y en una habitación del hotel pasa algo muy raro: Bray no encuentra una de sus sandalias.

No es justamente una persona desordenada, pero a veces... los nervios le suelen jugar una muy mala pasada.

-¡Brayle!– Grita su hermana, Bray no sabe por qué lo hace pero la desespera aún más – Tu zapato – ríe mientras entra a la habitación con uno de ellos en la mano, el otro está en mi pie.

-¿Dónde estaba? – aun no lo creía, Bray juraba que estaba en alguna parte, pero en el cuarto.

-En el pasillo – hace una mueca rara – póntelo, estas en desnivel.

Era verdad, mitad de su cuerpo era alto, la otra parte era enana. Mientras lo calza examina a su hermana que se mira al espejo ya lista.

Estaba preciosa, con un vestido que le quedaba a la perfección. Era una boda simple, asique sus vestidos también lo eran. Ambos eran cortos, pero ella tenía una sobre capa que podía sacarla cuando quisiera, había un moñito pequeño con el que sujeta esta, era perfecta.

Brayle aún recordaba cuando eran niñas y se disfrazaban para su propia boda.

-Cas – le dice Bray llamando su atención, sacándola de sus pensamientos – estas hermosa.

-Tú también – sonríe - ¿Cómo estará mama?

Las hermanas tienen una conexión especial en la que casi siempre piensan y dicen lo mismo. No, no estaban locas, no aun.

-Gracias... y no lo sé, nerviosa creo – Bray está tratando de terminar de cerrar su vestido.

-Vamos a verla – sugiere y Bray la sigue.

Cuando estaban por salir de la habitación alguien llama a la puerta.

-Adelante – grita la mayor acomodando su cabello.

Illegal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora