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-Permiso-el joven Yang iba apurado, el tren lo dejaría si no se montaba en 10 segundos. Las personas ignoraban sus pedidos y él optaba por abrirse su propio espacio ganando malas miradas-, permiso...-por lo menos intentaba. Cuando llegó frente al tren, las puertas habían cerrado y esté empezó a moverse.

Jungwon suspiró y salió del subterráneo para buscar algún taxi. Las calles se habían vaciado de un momento a otro; puros suertudos que lograron entrar al tren. Algunos taxis pasaban pero todos con pasajeros dentro. Para concluir el día del pelinegro, del cielo empezaron a caer algunas gotas. No era una lluvia fuerte pero sí era molesta.

Un pelinegro a su lado abrió un paraguas. Yang hizo un puchero, que envidia no tener un paraguas consigo.

-Coge.

-No quiero un paraguas, gracias.

-Coge-insistió.

-No... Solo quiero coger un taxi-y los ojos de Jungwon se iluminaron-¿Podrías hacerme un favor? Mi celular se apagó...

-¿Y que puedo hacer yo?

-¿Me pides un taxi?

¿ME PIDES UN TAXI? - JAYWONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora