CAPÍTULO II
Déjà vu
"Hasta el déjà vu más poderoso es frágil, y el mío se rompió al mirar el cielo sin luna".— Stephen King
Cuando se está aprisionado por tanto tiempo, la libertad pasa a ser un lujo y se pierde la costumbre de tener autonomía. Hace ya más de una década desde que Jeongguk había dejado de decidir qué hacer por su cuenta y se dedicaba a sencillamente cumplir sus tareas, ejercitarse y descansar. Incluso antes de ser capturado por los Jüng, el pelinegro no tenía mucho tiempo del que disfrutar. Tener un día libre es, por decir lo poco, algo demasiado desconocido para él.Ha dormido muy poco, pues despertó temprano gracias a las primeras campanadas del día y se dispuso a pensar en qué demonios hacer el día de hoy mientras se vestía y preparaba. Al final, el joven general termina saliendo de los cobertizos con su caballo ya ensillado y sin idea alguna en la cabeza. Jeongguk no sabe qué hacen las personas comunes en su tiempo libre. «Ocio» es un concepto inexistente en su vocabulario, y el joven general tiene problemas en encontrar algo que alguna vez haya deseado hacer y que pueda cumplir hoy.
Está demasiado acostumbrado a hacer las cosas por obligación o necesidad y no por diversión o entretenimiento.
El pelinegro hace ese pensamiento a un lado —porque, honestamente, le parece deprimente—, sube al lomo de su caballo y lo pone en marcha. Opta por no ir demasiado lejos; un día no sería suficiente para visitar otra ciudad, pero quizá pueda ir al mercado, comprar un par de cosas, y luego decidir qué otra cosa hacer. Jeongguk realmente no se considera una persona espontánea y no le gusta comenzar algo sin tener un plan; no obstante, para esta ocasión, no tiene opción, pues el rey no le había dado la oportunidad de hacer un itinerario.
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¹ The Destiny of Ours: Golden Kingdom ⁕ ᴷᴼᴼᴷᵀᴬᴱ
FantasyTHE DESTINY OF OURS: GOLDEN KINGDOM 《Primer libro de la saga "The Destiny of Ours"》 ❝ En el marco de un reino encaminado a sus cenizas, Jeongguk perdió su infancia por la avaricia y la ambición de la Corona que lo gobierna, pero la vida se encarga d...