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Los Jeon eran una de las familias más reconocidas del país por su larga e impecable lista de integrantes importantes, tanto en lo artístico como en lo deportivo, rebosantes de talento y atractivo, eran los rostros del entretenimiento. La señora Jeon había sido campeona olímpica de taekwondo y había llevado a casa orgullosamente medallas de plata y oro, a su vez el señor Jeon era un ex idol bastante popular y querido del que todavía se recordaba y premiaba, quien al retirarse de la industria formó su propia empresa de entretenimiento. Jihyo era la primogénita de la pareja, jugaba tenis profesionalmente y entrenaba para participar en las olimpiadas de ese año para ganarle más prestigio a su familia, mientras que Jungkook, el hijo menor, era uno de los jóvenes solteros más codiciados, un prodigio en las artes y los deportes que se había dedicado a dirigir la empresa de su familia.
Por años, su familia había creado una imagen inquebrantable rozando la perfección, no tenían escándalos más allá de rumores absurdos que eran solo habladuría envidiosa. Aun cuando los señores Jeon eran bastante estrictos y conservadores, eran una familia unida, los hermanos sobre todo tenían un vínculo auténtico que rara vez se veía en una relación de hermanos en la alta sociedad. No tenían problemas, gozaban sus afortunadas vidas como una familia rica cualquiera que vivía de las apariencias.
Pero para Jeon Jungkook, el único problema en su vida era el novio de su hermana.
Jungkook se abrió paso en la azotea del edificio donde vivía Jihyo. A la distancia logró verla vistiendo el uniforme que utilizaba para practicar. Ella estaba tan concentrada, revisando su teléfono que no se dio cuenta de la presencia de su hermano. Su departamento era precioso. Ubicado fuera del caos del centro de la ciudad, la azotea le otorgaba una vista panorámica de los rascacielos de la capital. Aquél había sido su regalo de cumpleaños y no podía adorarlo más. Al igual que su hermana, Jungkook amaba ese lugar. Los primeros años, cuando recién había comenzado a hacerse cargo de la empresa de su padre fue como un refugio para él gracias a la compañía de Jihyo. Un escape de todas las responsabilidades que cargaba sobre sus hombros. Era uno de sus lugares favoritos en el mundo. Porque ahí no era Jeon Jungkook, sino que solo era Jungkook.
Jihyo estaba sentada, junto a ella había una delicada mesa, sobre la cual descansaban dos tazas de humeante café.
Aquella mañana, había llamado a su hermano para invitarlo a tomar un café y aunque él tuvo la pequeña intención de negarse, ella supo persuadirlo, diciéndole que lo extrañaba mucho. Y él no podía darle una respuesta negativa a su hermana mayor, no después de haber rechazado todas y cada una de las invitaciones que ella había hecho por culpa del trabajo.
—Desde este ángulo te ves perfecta para la portada de una revista deportiva. —bromeó, haciéndola brincar sobre el asiento.
— ¡Kookie! —la chica se colocó de pie y saludó a su hermano con un caluroso abrazo. Él, por su parte, besó el inicio de su cabeza antes de desapararse— Por un momento pensé que no ibas a venir...
Él se encogió de hombros —No podía perder la oportunidad de ver a mi hermana favorita.
—Soy tu única hermana, bobo.
Jihyo tomó asiento frente a su hermano, una linda sonrisa curvaba sus labios. Realmente lo había extrañado.
—¿Y bien? ¿Cómo van las cosas en el trabajo?
Él tomó la taza y bebió un pequeño sorbo.
—Ya sabes cómo es, nos estamos preparando para el debut de un nuevo grupo.
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Tacenda ೫ Jinkook
Fanfiction❝ Jungkook y su hermana Jihyo provienen de una familia exitosa en todo el sentido de la palabra, en la que todos los miembros se les reconoce por sus talentos en sus respectivas áreas de interés. La relación sentimental que Jihyo mantiene con Seokji...