Cuando somos niños imaginarnos nuestra vida adulta suele ser divertido, la pregunta ¿Qué quieres ser de grande? Se repite constantemente y cuando muchos pequeños tienen una respuesta ocurrente yo solo respondía “Quiero ser amada”, porque si, a mis 8 años solo quería que alguien me amara.
Que me amaran con la misma intensidad que yo amaba leer, con la misma fuerza que amaban a mi madre, que alguien me mirara como el protagonista de una película mira a la chica de sus sueños, y que se aferraran a ese amor para vencer las adversidades.
Pero qué graciosa es la vida, por qué cuando lo único que pedía es que alguien pudiera amarme, mi propia familia me lastimaba y quisiera decir que no importó, que salí adelante, lo supere y fui feliz, pero no siempre todo lo que soñamos se vuelve realidad ¿No?.
Quise creer que con su llegada las cosas mejorarían, que aquello que tanto anhelaba sería él quien lo haría realidad, pero en mi momento más feliz la muerte llamó a mi puerta.
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La dualidad de lo imperfecto.
Teen FictionEl amor es el mayor cliché de todos los tiempos, viene en distintas presentaciones pero solo una de ellas logra atraparnos con intensidad. Dicen que este sentimiento suele elevarnos a niveles cósmicos que nos hace creer que flotamos en el universo...