Capitulo 1

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Shai:

Caminaba por la calle de camino a casa, igual que todos los días, mi rutina jamas cambiaba, tenia que levantarme temprano en la mañana e ir a trabajar, regresar verdaderamente tarde, cenar algo ligero e irme a dormir después de leer alguna novela romántica de mi librero. Trabajo en un café, porque por alguna razón a la gente de aquí de París le encanta tomarlo, aunque algo no voy a negar, la vista es increíble. El cafe esta cerca de la torre Eiffel y sin tan solo decides mirar por la ventana...
Llego a casa, tomo un pan y un taza de café, me dirijo a la sala, prendo la televisión y me siento a terminar la cena mientras veo algún programa.
De verdad me encantaría salir de la rutina, dejar Francia e ir en busca del lugar al que pertenezco, sueño con ese día. Mi padre hablaba siempre de lo grandiosos que eran sus viajes, y que un día en América conoció a mi madre y se caso con ella y que me tuvieron a mi, después cuando tenia menos cinco años me trajeron a vivir a Francia porque mi padre ansiaba volver, al poco tiempo mi madre se divorcio de el y no la volví a ver, mi padre estaba seguro de que había vuelto, hace algunos años el enfermo y falleció y me dejo a mi esta casa, pero... No tengo el suficiente coraje para irme... Ni el dinero suficiente para quedarme. No e pagado nada de esta casa y me van a echar si no lo hago pronto, aso que debo trabajar horas extra en el café, no es tan malo en realidad, e conocido a muchas personas, muchísimas quinceañeras a mitad de su viaje, bastante variedad.
Termine la cena, me dirigí al estante y tome "Romeo & Julieta" la historia de amor que invento el amor como se le conoce, entre a mi habitación, me metí a la cama,
Comencé a leer y al poco rato me quede dormida.

Al día siguiente me levante temprano por la mañana y me dirigí al café, parecía un día común, pocos clientes y los que llegan muy emocionados de estar en Francia. En eso llego un llego un joven, de cabello castaño y unos hermosos ojos color café, me dirigí a atenderlo aunque mi descanso será en poco rato
-buenos días, bienvenido a Coffee Tower que desea?-pregunto
-un café con crema por favor-responde
-en un minuto, algo mas?
-preguntarte a que horas sales del trabajo
-disculpa?
-si, eres guapa, no es delito-me dice y siento que me sonrojo
-pero ni siquiera se tu nombre-le digo
-Theodore, pero dime Theo
-bien Theo, como digo "no" de la manera mas amable posible?
-vamos, tan fácil me rechazas, no lo permitiré, ninguna chica de la cual no se como se llama me rechaza
-Shailene, pero dime Shai
-bien, Shai, solo vengo de visita, si aceptas después hoy no volverás a verme, pero si no lo haces, vendré todos los días del resto de mi vida hasta que aceptes
-no acepto, iré a traer tu cafe
Me dirigí a la cocina y sentí que su mirada me seguía, en realidad no acepte porque no quisiera salir con el, no acepte porque quería volver a verlo y se que decirlo me convierte en alguien al extremo cursi, pero no me importa.
Le di el cafe, el sonrió, yo sonreí, me aleje y volví al mostrador, mirándolo discretamente de vez en cuando, levanto la raza del platito para cafe y mira la nota que había de bajo en la cual decía:
"Dentro de quince minutos
-Shai"
Sonrió de nuevo y se termino el café mientras veía por la ventana

En quince minutos empezó mi descanso, y Theo me acompaño, fuimos a la torre porque esta en la calle de enfrente, exactamente por eso se ve desde la ventana
-bien Shai-dice-no eres francesa, no te ves como una
-pues lo soy, tal vez no de nacimiento pero vivo aquí desde que tenia casi cinco años y mi padre era Frances, ¿y tu?, ¿porque has venido?-le digo
-pues vine a cazar suerte, siempre estoy viajando, siempre estoy en constante movimiento, por eso
-interesante, viniste a casar suerte pero estas platicando con una camarera frente a la torre Eiffel
-si, esa gran suerte tengo
-¿y tu familia?-digo tratando de desviar mi mente de que acaba de insinuar que tiene suerte de estar conmigo
-tengo una familia llena de gente talentosa, estaba harto de que me compararan y me largue en cuanto me fue humanamente posible, ¿y la tuya?
-mi madre nos dejo a mi y a mi padre hace mucho y mi padre falleció hace no tanto
-válgame!, cuanto lo siento, no debí preguntar
-nah, esta bien, ya no me molesta, en realidad se lo cuento a todos los clientes-respondo sarcásticamente y el ríe
-creo que pasare todo este viaje en ese café si se que con eso te veo a diario
-¿estas tratando de coquetear conmigo?
-nah- dice imitando mi tono sarcástico anterior-siempre lleno de cumplidos a todas las chicas que conozco que trabajan en un café
-tengo que volver
-a que hora termina tu turno?
-a las nueve.
-entonces vendré por ti
-como sabes que no tengo auto
-te vi llegar
-bien, si no es muy molesto
-claro que no, yo amo llevar chicas guapas en mi coche
Me sonrojo, me despido y entro de nuevo al restaurante.

Una semana en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora