Y no, no da. Pero mis humores son cada vez más políticamente incorrectos. ¿Se le puede preguntar a Juanse que le mande a la diplomacia británica un clip de voz que diga: «Yo quiero mi pedazo, por qué no me lo dan?
Argentinas, mis gónadas. Lo nacional es la memoria que se estremece con la descripción de la tortura. O que el saqueo será igual, pero cambiará de denominación y logística. Que el romanticismo fetichista de la soberanía es el photoshop que empuja el orgullo. Pero no,
soberanía es que no venga un organismo usurero a revisar tus cuentas y hambrear jubilados.
Soberanía es que nadie te relojee cuánta agua dulce hay en los glaciares del sur.
Ni que mil familias te manejen toda la economía de un país.
Ni un par de especuladores te tiren todo el sistema monetario en un parpadeo.
La bandera, el himno, las malvinas y la camiseta son puro simbolismo voyeur, además de vacuo.
No vi wachis desnutridos comiendo tela de bandera. (Pero supongamos que para eso sirve el trapo).
Ni que yo sepa, vocalizando el himno se van construyendo casas como si estuviéramos en una maqueta.
Ah? No, en un escenarito, Somos los títereres del teatro. De la pieza tragicómica se caga de risa lo temido, por desconocido; la ignorancia se vuelve espesa y el pendejito que le hincó el diente a la bandera ahora se calza la 10 de Messi y visita Miami, su patio trasero.
No, no. El pendejito se calza, sí. La 10 no, la 9 de Lautaro Martínez y la 9 que le hizo al cobani que liquidó a su jermu. Y con ansias de joyería, disimula su dedo en el gatillo y el hermanito se gana el ramo de flores de la novia. Se le escapó el corchazo.
Sangre seca en el plástico negro, emitirá un olor radiactivo que durará hasta el próximo mundial o el siguiente «Devolvé la bolsa» dirigido a la ONU. Por ahora, es más fuerte que el poxi. Y las lágrimas de los sufrientes ojalá lavaran esa pátina mierdosa de nacionalismo berreta.
Lo dudo.
Hoy leo: «Las Malvinas son Argentinas».
Prefiero con más pudor, asumir: «Los estaqueados en Malvinas son argentinos».
Kelpers, que les sirvan de experimento pionero sobre cambio climático.
Británicos, ahí las tienen muy pronto hundidas. A ver si las reflotarán como barco pirata.
Pueblos nativos: con ustedes es la deuda, ninguna duda.