Qín Shi Huáng, de rey a rey permíteme arrodillarme a tus pies. Dejá que bese tus manos, tus muslos y tus mejillas, en un recorrido suave en dónde descubra tu norte y tú sur con mis labios. Permíteme adorarte y convertirte en todas las religiones juntas, para rezarte, venerarte, hacer de ti mi virgen y mi diablo; Por qué eres mi santo y mi pecado. Mi salvación y mi perdición. Eres el sueño que cualquier profeta desearía tener, un sueño que me reservo solo para mí pues cada día que pasa temo despertar y perderte así que permíteme dibujar tu hermosa silueta con mis manos cada noche, plasmar tu imagen en mis memorias más íntimas, en mis pensamientos más impuros pues solo tú, solamente tú eres el poema más hermoso, la pintura más sublime y el canto más venusto que alguna vez alguien creó.
Qín Shi Huáng, motivo de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Qín Shi Huáng: la punta de la lengua emprende un placentero viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Qín. Shi. Huáng.
Era Qín, sencillamente Qín, por la mañana, cuando estaba sentado en el trono del Helheim a mi izquierda. Era Qín Shi Huáng cuando daba órdenes en mi palacio. Era Huáng entre los rebeldes que querían someterlo. Era Emperador Qín Shi ante los súbditos que le amaban. Pero en mis brazos siempre será Qín.
¿Tuvo Qín Shi Huáng una precursora? Naturalmente que sí. En realidad, Qín Shi Huáng no hubiera podido existir para mí si un verano no hubiese amado a una mujer iniciática. En un principado junto al mar a escondidas de su madre. ¿Cuándo? Aquella vez faltaban milenios para que naciera Qín Shi Huáng. Pueden confiar en que la prosa de los asesinos sea siempre elegante al igual que la de un Dios y no negare que ame a esa hermosa mujer pero al final teníamos destinos separados una vida lejos del uno con el otro. Nos dijimos adiós sin la promesa de un amor inolvidable o rencoroso pues ambos nos quedamos con el recuerdo de los buenos momentos y aprendimos a amar mejor.
Qín Shi Huáng, una constelación, un universo, el definitivo Bing Bang con una mirada y una sonrisa qué bastaron para enamorarme.
El atractivo humano se encontraba frente mío, tan travieso como era, con esa sonrisa amplia, con las mejillas encendidas de un rojo indiscreto, sus ojos que parecían esconder todo un universo de estrellas que me miraban seductoramente, suplicandome que hiciera de su portador un desastre. Qín Shi Huáng me hacía sentir deseado al mismo tiempo que excitado así que enterré con más fuerzas mi miembro dentro de él arrancandole un largo gemido de placer. Todo su interior era mío, su entrada estaba húmeda, apretada e hinchada de placer sus paredes internas apresaban mi miembro por completo..
Sentía como levantaba sus nalgas para sacar mi miembro y a mitad del camino volvía a empalarse por si mismo torturandome con un vaivén lento, tortuoso, un verdadero tormento de placer amargo pues yo deseaba moverme con rapidez pero era él quien comandaba está contienda, sabía que me torturaba, se complacía de eso, era como si se alimentara de mis ansias, de mi impotencia de tomarle a placer. Me había domesticado por completo pues él era el único que volvía de mí un impaciente y egoísta mortal.
¿Me amaba?
No lo sé...
Nunca hasta ahora he escuchado semejantes palabras nisiquiera un simple "te quiero" o "me gustas" provenir de sus labios pero no importa porque en este momento soy yo él único de quién se aferra. Soy el único que le besa las incontables cicatrices que esconde bajo la ropa. Soy yo, Dios del Helheim quien le hace llorar de placer cuando se corre entre mis manos.
¿Me amará algún día?
La esperanza se queda en mi alma cómo un verano eterno en un cuarto vacío pues es mi mayor deseo que me ame la mitad de lo que le amo yo. Esperó con el corazón en sacrificio para él que algún día pueda escuchar de él decir que me ama; Qué quiere depender de mi tanto como yo dependo de él en estos momentos en los que me aferró a su cintura y clavo mis dientes en su suave piel con esa misma esperanza de dejar una marca que le recuerde a mí, que mí recuerdo le visite y solamente piense en mí, aunque sea cómo reproche pues nada me haría más feliz que saberme paseando en sus recuerdos.
Finalmente llega el momento en que se deja hacer, su cuerpo pierde autoridad y fuerzas ante mi divinidad pues la cúspide del orgasmo está por llegar. Ha llegado el momento de marcarlo como mío, llenarlo de mi escencia y reclamarlo como amante. Sé que es un poco rudo pero ahora que tengo el poder abuso de él, muevo mis caderas con más fuerza, más profundo y mis colmillos rasgan su piel haciéndole sangrar y no me importan sus quejas ni sus lágrimas, después las lamere, lamere sus heridas y las mías pero este momento tan preciado en el que estamos por completar la unión y dejar nuestras mentes en blanco está bajo mi mando. Levantó sus piernas, le borró su sonrisa y una última vez entró dentro suyo más profundo hasta que me corro por completo mientras siento como la tibiesa de su semen caer sobre nuestros estómagos y rostros, nos hemos corrido juntos y eso me alegra porqué de rey a rey, déjame decirte Qín Shi Huáng qué aunque yo sea tú esclavo y tú mi rey, eres mío, solamente mío...
Notas finales: Hola a todos mis fieles y nuevos lectores, les agradezco infinitamente haber llegado hasta acá esté sería de mis fics más cortos pero más románticos y el primero que hago de un solo Capi de esta pareja. Agradezco su lectura y si les gustó no olviden votar o comentar también si quieren leer más historias así no olviden seguirme para que papi Wattpad les avise cuando suba fanfic nuevo. Sin más que decir tengan un dulce día lleno de amor y si no lo tienen espero que mi fic les endulce un poco el momento. Mil gracias de nuevo. H. Fuera!
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Qín Shi Huáng. Shuumatsu No Valkyrie Yaoi
FanfictionDe rey a rey déjame aclarar las cosas. Hades y Qín Shi Huáng