La visita de Sirius

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Hope Lupin se dió cuenta que Sirius Black amaba a su hijo en cuanto pisó su casa. Sirius Black era alto, cabello largo negro y brillante, una sonrisa deslumbrante y muy guapo, sus ojos grises brillaban aún más que la estrella de su nombre, tenía una gran presencia con aquella moto gigante, sus botas y chaqueta de cuero, tenía todo el porte de un chico malo pero cuando vió a Remus bajar las escaleras esa sonrisa que irradiaba una seguridad arrebatadora se volvió en una tímida, sus ojos se volvieron profundos y no se los quitó de encima a su hijo ni por un segundo.

Habían pasado dos días de la luna llena pero aún Remus estaba adolorido, Sirius ya sabía esto y había traído toda clase de ungüentos mágicos para las heridas, ofreció acomodar su asiento y de vez en cuando se aseguraba de que siguiera siendo cómodo, era un chico muy inteligente se le podía notar desde lejos pero se volvía un tonto solo para hacer reír al castaño, a parte de la gran cantidad de chocolate que trajo para que su ánimo mejorara.

Lyall también había notado esto pero en lugar de estar encantado, como lo estaba Hope, estaba algo asustado por lo que mantenía un ojo encima de ambos chicos, aunque realmente en el fondo estaba muy agradecido de que alguien estuviera enamorado de su hijo y que lo amara como tanto lo merecía pero no por eso iba a permitir la indecencia en su casa... Ya en Hogwarts que hicieran lo que les diera la gana.

Casi justo al anochecer Sirius Black, por fin, se despegó del castaño y se puso de pie para despedirse.

- Puedo venir a verte mañana? - preguntó tímido-.

- Claro, Canuto - le sonrió Remus-.

- Y por qué mejor no te quedas? - sugirió la mujer, los tres hombres se le quedaron mirando sorprendidos-. Es mejor que ir y venir, cierto Lyall?

El hombre casi se ahoga con su bebida y miró de su mujer a Remus, los ojos de su hijo tenían un extraño brillo que nunca le había visto, cómo iba a decir que no?

- Cierto es más cómodo, así no te matas en la cosa esa - había sido permisivo por lo que tenía que actuar duro-.

Aunque eso a los chicos no les importó en lo más mínimo, se miraron y compartieron una sonrisa cómplice. La primera pregunta se hizo presente, dónde dormiría Black ?

Hope sin problema alguno dijo que podrían dormir juntos ya que para ellos eso no significaría ninguna novedad, es decir, tenían ya seis años durmiendo juntos pero Lyall opinó distinto, Black dormiría en la habitación de invitados la luna recién había pasado y lo que Remus necesitaba era descansar.

Pero lo que no dijo en voz alta fué que era porque no le gustaba en lo absoluto las intenciones que tenía Black con su hijo y le parecía horroroso que su propia madre no se diera cuenta aunque para ser sinceros su hijo tampoco parecía incómodo con aquella intensa mirada encima de él todo el tiempo.

La habitación de invitados fué preparada por el mismo Sirius después de insistir bastante dado que Hope y Remus lo habían querido hacer por él.

- Espero que estés cómodo, sé que no es mucho pero...

- Es perfecto Sra. Lupin, dormiré a gusto.

- Bien, entonces los dejo, que tengan buenas noches.

La mujer se despidió de Sirius con una sonrisa y de Remus con un beso. Ambos chicos se quedaron de pie mirándose fijamente, Sirius junto la cama, Remus recostado en el marco de la puerta.

- Seguro que no necesitas algo más? - preguntó en un susurro sin saber muy bien por qué-.

- Solo a ti - susurró de vuelta Sirius haciendo sonrojar a Remus quién volteó hacia el pasillo para asegurarse de que sus padres no seguían por allí, Sirius rió divertido-.

La visita de Sirius Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora