No estoy solo

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Cerré la puerta del elevador, segundos después de ver a la criatura las luces se apagaron me quede a obscuras y no alcanzaba a ver nada, sentía mis manos sudadas y mi corazón se empezaba a acelerar, me dieron náuseas, me fui al rincón del elevador, sentí como patee  algo, me agache a buscar que fue, era una linterna y la encendí para poder ver dentro de el elevador, en seguida se escucha el timbre de el elevador que indicaba que había abierto, llegué a un pasillo obscuro, no veía nada, si no habría sido por la linterna no vería nada, seguí el camino, acá el olor era húmedo, mientras caminaba deprisa, vi una sombra, cometí uno de los errores más grandes de mi vida. Le grite pidiendo ayuda, no debí hacerlo... La criatura pareciera como si no tuviera alma, era obscuridad en la obscuridad, cuando volteó a verme solo vi que sus ojos eran completamente blancos y en seguida comenzó a perseguirme, casi me atrapa, mientras corria esa cosa iba gateando rápidamente en el techo persiguiéndome y esta vez habían unas escaleras al final de el pasillo y sin pensarlo corrí a ellas, la criatura alcanzó a rasgarme el hombro antes de comenzar a subir las escaleras, por alguna extraña razón esa cosa desapareció en cuanto llegue a aquellas escaleras, había más visibilidad para poder ver luz pero, era tenue, como si el lugar tuviera luz pero careciera bastante de ella. Sentía como si alguien susurrara en mi oído cosas que no comprendía, estaba por volverme loco, al final de las escaleras había una puerta, parecía como si fuera una puerta de algún salón de clases, lo peculiar es que decía peligro extremo con manchas de sangre pero, era eso o volver con la criatura que casi arranca mi hombro, decidí entrar y parecía inofensivo era un salón de clases de niños de preescolar o eso parecía, me sentí tranquilamente en el escritorio y me repetía en mi cabeza; esto es un sueño, despierta, despierta, DESPIERTA DESPIERTA! puede que me haya alterado un poco y grite los últimos despierta! No vuelvo a gritar en un salón de clases después de eso, los mesa bancos empezaron a lanzarse hacia mi, como si alguien los lanzara, me cubrí de bajo del escritorio, las luces empezaron a parpadear, las hojas pegadas al pizarron empezaron a volar por todos lados hasta casi nublar mi vista de tantas hojas que habían por todos lados, corrí de allí hacia la puerta que estaba hasta la otra esquina del escritorio y me llevo a un pasillo donde habían casilleros, al final una puerta que decía fuera de peligro, entusiasmado me dirigí a aquel lugar pero pareciera que la puerta se alejaba de mi, cada que avanzaba veía la puerta más lejos, los casilleros empezaron a tumbarse solos y las luces comenzaban a apagarse, lo único que podía hacer era correr hacia la puerta que decía fuera de peligro, corrí tanto que alcancé apenas a llegar a la puerta, un casillero al final alcanzó a golpear una pierna mía, dejándome
con una molestia en la pierna para caminar.

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