Capítulo Único.

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Soltando un suspiro, dio una última mirada al reflejo del espejo frente a él. Su cabello estaba perfectamente peinado hacia un lado dejando su frente descubierta, su rostro tenía un ligero maquillaje con sombra en sus párpados y labial rosa en sus labios y en sus orejas unos aretes plateados pequeños.

Luego repasó su vestimenta, un traje rojo vibrante con detalles dorados en el cuello y mangas, con una camisa blanca por dentro con dos de sus botones de arriba abiertos dejando ver parte de su pecho, con unos zapatos negros brillantes terminando el conjunto.

Se miraba más que bien, sabía que se miraba más hermoso que nunca y estaba orgulloso de ello, trató de sonreír a su reflejo pero la sonrisa no llegó a sus ojos, así que simplemente negó con su cabeza para tomar su cartera y celular para salir de la habitación.

Dejando en ella un aura deprimente junto a una pequeño sobre.

***

—Yo, Min YoonGi, me comprometo a amarte y respetarte, ser... ¡Agh!

Frustrado, jaló un poco de sus cabellos volviendo a leer la nota en sus manos caminando de un extremo a otro de la habitación, de pronto, dos risas diferentes se escucharon detrás de él haciendo que volteara sus ojos de la irritación.

—Amigo, simplemente improvisa, di cualquier cursileria que se te ocurra, igual le gustará—aconsejó el mayor desde su asiento mientras tomaba de su copa un poco de champaña.

—Quiero hacer esto bien, SeokJin, mi madre me dejó muy en claro en esta nota lo que tengo que decir.

—Ya lo estas haciendo bien, te vas a casar con un culo sentado en millones de billetes—bromeó haciendo reír al chico a su lado.

YoonGi simplemente rodó sus ojos.

¿En serio esos eran sus amigos? Kim SeokJin, un niño de papi que no hacía más que ir de fiesta en fiesta y de club en club presumiendo sus lujos y tarjetas que los beneficios de ser el hijo único del presidente de Kim Industries le daba, y por otra parte tenía a Jung Hoseok, un don juan dueño de su propia empresa caza talentos que creía que todo podía resolverse con dinero.

Dos materialistas de primera, y él no estaba tan lejos de ellos, tomando en cuenta que estaba vistiendo un traje negro memorizando cada línea de sus votos nupciales para contraer matrimonio con Jeon Jungkook, el hijo de los socios de sus padres.

Trataba de despejar su mente de todos los pensamientos que se arremolinaban en su mente, necesitaba verse bien para los padres de su futuro esposo, necesitaba decir las palabras correctas para enorgullecer a su madre, necesitaba comportarse y lucirse frente a los invitados para poner en alto el apellido Min, pero estaba comenzando a cansarse.

—Esta bien ¿Pueden salir? Tengo algo que hacer.

—¿Algo como qué?

—Algo como que mis amigos no sigan rompiendome las pelotas diciendo tonterías momentos antes de mi boda.

—Agh, vámonos Jin, YoonGi anda delicadito el día de hoy—habló Hoseok tomando del brazo al mayor para salir de la habitación.

Una vez los dos salieron cerrando la puerta el peligris se dejó caer en uno de los sofás llevando su cabeza hacia atrás mirando el dorado brillante en el techo.

A cada momento las palabras de sus padres llegaban a su cabeza como un memorándum del porqué no debería saltar por la ventana para salir de allí y dejar todo ese alboroto de evento. Odiaba ser el centro de atención, odiaba estar en un lugar con muchas personas y sobre todo odiaba la falsa amabilidad que cada una de ellas fingían.

I Bet You Think About Me 《YM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora