Cap. 1 ¿Vida?

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Que podría salir mal dije. Me llamo Alexander Páez, tengo 28 años, desde pequeño he tenido una vida muy ajustada, sin embargo ahora me va muy bien, tengo a mi esposa, y mi familia. Bueno, se puede decir que con mis hermanos tengo una relación un poco complicada, hace mucho no les veo y la última vez que nos vimos discutimos.

Tengo un trabajo estable, un buen salario, la relación con mi esposa es de maravillas, y visito todos los días a mi madre, trabajo a diario, me gusta cocinar y demás cosas, cada vez que puedo lo hago, aunque siempre suelo comer algo con mi amiga de trabajo.

Era un día como cualquier otro, cielo despejado mucho sol en la mañana, tenía que preparar el desayuno. Asly, ósea mi esposa, trabajó hasta muy tarde y debe estar cansada, aprovechando quiero darle la sorpresa sobre el posible ascenso que tendré.

Terminé de preparar el desayuno y lo serví, levante a mi esposa y dije que le había preparado el desayuno, enseguida me sonrió y me dijo "gracias cariño". Solo pude mostrarle una sonrisa, a diario solo volvía a enamorarme de ella . Fuimos a la sala, y tomo los cubiertos y antes de dejarme hablar me dijo "Cariño, ¿hoy a que horas llegarás a casa? " Le dije; "temprano. Por cierto" antes de dejarme terminar me interrumpe diciendo "¿No tienes una cita hoy con tú madre?" "Es cierto, gracias por recordarme" Enseguida me puse a pensar

y le dije "Por cierto, hoy probablemente me den un ascenso" ella se emocionó y sonrió, me dijo "¡Ohh cariño, me alegra saberlo, lo celebraremos esta noche!". Solo sonreí y la miré a los ojos con ilusión, levanté los platos, los lavé y me vestí. Me despedí de ella y cada uno se dirigió a su trabajo.

En un semáforo tome el celular y llame a mi madre, le conté sobre la noticia de mi posible ascenso. Se alegró y me dijo que no hacia falta que fuera, que me quería decir algo importante pero que podría esperar, yo solo le dije "ma tranquila, puedo dejar el trabajo para después" ella no lo acepto y me dijo "tranquilo, más bien me avisas cuando te den la noticia y te haré un platillo delicioso" solo pude sonreír y alegrarme. Al llegar al trabajo todo fue muy normal, era muy social así

que saludé a todos, sin embargo solo tenia una amiga llamada Luisa, la cual conozco desde hace mucho, por no decir que desde pequeños, además le tengo mucho aprecio y cariño, siempre ha estado, en las buenas y en las malas. Presenté mi informe y todo salió muy bien. Un par de horas antes de salir me llegó una carta, era la noticia, decía que debía cambiarme de oficina, ¡fui ascendido!. Mi amiga en cuanto se enteró, se me acercó, parecía estar más emocionada que yo, se me lanzó a darme una abrazo, pero se acercó tanto que tenia sus labios junto a los míos rozándose a pocos centímetros. En su rostro solo tenia una expresión de emoción, mientras su mirada chocaba con la mía. ¿Siempre ha olido así de dulce? Pensé.

Solo la tomé de los hombros y la moví

hacia atrás suavemente mientras le decía "¡me ascendieron!" ambos nos pusimos muy contentos, llevábamos mucho tiempo en aquel trabajo así que nos hizo mucha ilusión que eso sucediera. Yo solo pensaba en querer decírselo a mi madre y llegar a casa y no sé, tomar una copa de vino junto a mi esposa.

Ese día como felicitaciones me permitieron salir más temprano, pero al salir, de repente a unos centímetros de la salida, sentí un calor por mi espalda y unos brazos que rodeaban mi pecho. En seguida voltee, y la vi, era mi amiga dándome un abrazo, no sé si quería llorar, o solo quería decirme algo.

Solo rompió el silencio diciendo "¿No te apetece celebrarlo?" Aunque nos dejaron salir dos horas antes de lo normal yo solo

pensaba en mi esposa y madre. Al querer responder me interrumpe enseguida diciendo, "tengo algo para darte". No le di importancia, sin embargo la forma en la que me miraba solo me hacia sentir en la obligación de acompañarla.

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