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Los pasillos estaban entre una considerable multidud, entre toda esa gente, estaba Argentina, caminando formalmente, con su característica cara sería, estaba muy concentrado y relajado, hasta que escucho su nombre de lejos
«Pelotudo rompe bolas» Se quejo.

-¡Hola Argentina! - Saludaba Venezuela mientras poco a poco se acercaba más a él, cosa que hizo avergonzar a Argentina, pues como siempre hacia todo un escándalo al saludar.

-¿Cómo estás? - Pregunto alegremente mientras le daba pequeñas palmadas en la espalda a Argentina.

-Bien, ¿Que querés? - Contestó de mala gana el contrario.

-Ah, ¡Es que solo quería saber cómo estabas, Argi! - Respondió, mientras una sonrisa bastante dulce se manifestaba en su rostro.

-Ah, ya, pero no me llames así. - Pidió Argentina mientras intentaba mostrar una sonrisa forzada.

-¿Por qué no? - Pregunto mientras se desanimaba un poco.

- Por qué es tonto. - Dijo mientras veía las ventanas del pasillo con sus manos escondidas.

- Pues para mí no, Argi, Argi, Argi, Argi. - Repetía una y otra vez solo para molestar al argentino, cosa que si logro, ganando una leve golpiza de parte de éste. - ¡Cállate un rato! - Pidió Argentina, aunque Venezuela solo de reía.

«¡𝘋𝘦𝘫𝘢𝘮𝘦 𝘦𝘯 𝘱𝘢𝘻!» | Argvene© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora