¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━━━━━━
LA BOLSA QUE COLGABA de sus hombros estaba llena hasta el borde de libros, ya que también había algunos más pesados que tenía que llevar en sus manos. Los libros estaban presionados contra su pecho y ella emitía una vibra de estudiante muy estudiosa y bien organizada. Era una vibra totalmente falsa. A ella nunca le había gustado leer, no despreciaba exactamente los libros, pero de alguna manera siempre empezaba a quedarse dormida mientras intentaba pasar sus ojos sobre las líneas negras escritas en las páginas. Además, le encantaba escuchar a otros leer libros o contar historias. De esa manera se acostó pacíficamente, sus ojos descansando y sus oídos aguzados escuchando la voz de alguien. Aunque preferiría llevar un libro de novela a su habitación y rogarle a su amiga que lo leyera, lamentablemente llevaba toneladas de literatura para diferentes asignaturas.
La biblioteca estaba abarrotada ya que todos los estudiantes empezaron sus años con resoluciones para tratar de esforzarse en sus estudios. Así que optó por llevar todo su material de trabajo de regreso a su habitación, donde siempre había paz y tranquilidad y podía estudiar con eficacia. Ella también era una de esas estudiantes, se esforzaba mucho al principio, pero poco a poco perdía interés y energía a medida que avanzaba el año. Se dijo a sí misma que cambiaría las cosas durante su sexto año y, al mismo tiempo, presionó una vocecita diciendo que estaba mintiendo en el fondo de su mente.
Estaba doblando una esquina cuando su mochila comenzó a deslizarse por su hombro. Solo lo notó porque el dolor subió directamente a su cabeza, su cabello estaba atrapado debajo de la correa. Sus ojos recorrieron el pasillo en busca de ayuda, de lo contrario, la mochila haría que se le cayera todo lo que tenía en la mano, armando una escena no deseada en medio del día.
Vio una cabeza pelirroja que le resultaba familiar y adoptó la mirada más miserable que pudo hasta que la chica de ojos verdes también la vio. La pelirroja se balanceó en el aire mientras corría a ayudar a su amiga. Lily agarró la mochila sosteniéndola en sus manos mientras apartaba los mechones de cabello castaño del hombro de la chica.
—Gracias a Merlín que me tienes a mí, ¿eh, Jasmine? —una sonrisa juguetona apareció en el rostro de Lily mientras Jasmine no podía mostrar nada más que agradecimiento. Los ojos de la pelirroja luego cambiaron entre su amiga y la mochila que sostenía en ese momento. Sus cejas se arrugaron y levantó su mirada curiosa hacia arriba.
—Es la primera semana, ¿planeas terminar el año antes? —preguntó señalando todos los libros en sus manos.
Jasmine negó con la cabeza con una sonrisa tímida. —Dije que lo intentaría mejor este año, pero el peso de esta mochila ya me hizo sentir lástima por mí misma y los profesores no hacen más que cargarme de trabajo, ya sabes cómo es.
