Last wish

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. . . Mi trabajo siempre ha sido buscar a Aquellas personas que llegan al final de sus vidas. Era repetitivo en ocasiones. Alguno que otro caso llamaba mi atención, pero nada realmente interesante para todos mis años de actividad.
Hoy, llegué a un hospital donde habían varios mortales cuyos tiempos se agotaban. Un par de ancianos, uno que otro accidentado. . .un particular caso de exterminio mediante inyección letal. Esa enfermera lleva una buena racha. . .aún me falta un alma, en mi búsqueda pasillo tras pasillo, di con una habitación cuyo paciente ya era familiar. Quise pasar de largo pero su voz llamándome alegremente detuvo todo movimiento que pudiese hacer.

¡Señor muerte si vino! ¿Por fin me llevará? ¿Ya es mi hora?

Preguntó con un tono tan disonante con lo que decía. Durante mi tiempo de recolección ella no es la primera persona que se vea tan feliz con la idea de morir, pero algo en ella, por alguna razón me da la impresión. . .de que eso no es lo que quiere realmente.
Me digne a mirarla, estaba sentada en esa camilla de sábanas blancas que alguna vez mensionó odiar. A pesar de la gran incomodidad que expresaban sus ojos o acciones, su actitud infantil no se borraba. Ella sonreía esperando a que me acercara, supongo que para arrebatarle el alma. Pero no lo iba a hacer, su tiempo es mucho más extenso de lo que podría parecer.
Mantuve el silencio, ¿Qué debía hacer? Esta mortal me hacía cuestionarme muchas cosas, no es la primera vez que alguien me ve. Claro que no. . .me causa aún algo de gracia la primera vez que nos encontramos, pero eso no es relevante ahora. Desvié la mirada a sus brazos, al parecer no se cortó, miré su cuello, no veo marcas de ahorcamiento.

¿Qué hiciste esta vez?

Pregunté. Curioso. . .si, me causaba curiosidad, ella sin entender ladeó un poco la cabeza provocando que su rojo cabello caiga sobre su rostro.

Bueno esta vez no fue mi culpa. Me chocaron cuando volvía a casa. ¿Que la muerte no lo sabe todo?

Si fue tu culpa. No miras al cruzar la calle. . .y no, al menos no yo.

A pesar de haberla “regañado” al parecer mis últimas palabras la llenaron de intriga, su rostro se iluminó y, como si fuese una niña pequeña preguntó.

¿Hay más muertes?

No sabía si contestarle era lo correcto, sin embargo debido a el tiempo que llevamos de conocernos. Supuse que un solo mortal no afectaría. . .además, de divulgarlo, ¿Quién le creería a una esquizofrénica?

Podría decirse. . .o bueno, el concepto de muerte se divide en tres consciencias, yo vendría siendo el que busca las almas, la muerte guía que se encarga de ayudar a las almas a ir donde corresponden y la memoria muerta. Que en pocas palabras es ella la que sabe todo, sabe cómo fue en vida el alma y determina si va al cielo o al infierno. No siempre me encargué de esto, apenas hace un milenio empezó mi recolección

¡Oh oh! ¿Esa muerte que estuvo antes que usted, también se otorgó un nombre a sí misma?

No. . .ella, no. No tiene tiempo para eso. . .creo

Respondí ciertamente dudoso. No estaba seguro si ella lo había hecho. Y de hacerlo estoy más que seguro de que me esperaría un reclamo por su parte si llego a divulgarlo. La voz de la mortal, más lenta y suave que antes me sacó de mis pensamientos.

Oh. . .y dime, ¿Si me llevarás contigo?

Nuevamente esa pregunta, las personas así hoy día me molestan, ¿Cuál es la necesidad de acortar tu tiempo? Jamás lo sabré. No era mentiroso, tampoco quería mentirle. Pero no le revelaría su tiempo. Eso ya no.

Espérame un rato. Iré por algo primero.

Y la suicida se quedó esperando.

Volví a mi recorrido en busca de aquella alma que me faltaba en ese hospital, tras visitar unas habitaciones más. La encontré.
Era una hermosa mujer, estaba en labor de parto, solo le quedaban 05:01 minutos. . .
El tiempo transcurría, pasé a revisar su historial médico. . .al parecer los doctores no tenían esperanzas.
Todos sabían que era imposible.
Pude ver cómo al lado de aquella sala una mujer de apariencia muy similar esperaba nerviosa. Volví a la mortal cuyo tiempo ya se redujo a 01:45 . . . El dolor que sufría, era tal que hasta yo me sentí abrumado por ello.
Comencé a preocuparme por ella. . .¿Podría ayudarla? Solo le quedaban 11 segundos. . . Sabía que no debía. Pero decidí regalarle más tiempo. Le regalé 30:30 minutos, supongo que con ese tiempo sería suficiente.

Ella logró dar a luz. Sin más demora anunciaron que logró concebir y aquella mujer que esperaba a tropezones se levantó casi llorando de alegría.

El tiempo seguía corriendo. . .podía verla muy feliz por haber conocido a su hija mientras hablaba amenamente con la que parecía ser su hermana; sus ojos azules tan profundos como el mar miraban maravillados a la criatura en sus brazos, su alegría se esparcía con el aire. Todos estaban muy felices por el nacimiento.
Pero el tiempo se agotaba.

Ella ya se había dado cuenta de que su tiempo llegó. . .
Decidió despedirse de su bebé
Le dio un beso
Y acompañada de un rostro alegre aceptó su destino
Falleció con una sonrisa en sus labios.

Todos quedaron impactados por su repentina muerte, la mujer de ojos esmeralda rompió en desconsolado llanto; Después de eso, decidí irme sintiendo cierta culpa por lo ocurrido. . .pues tenía el poder de darle todo el tiempo del mundo.

Me alejé lo antes posible de ese lugar con aquel llanto amargo resonando en mi cabeza. . .pero tenía una sensación extraña. Me di cuenta que una mariposa raramente familiar me seguía.
La mariposa se acercó a mí y fue cuando ella apareció.
A decir verdad me sorprendí al ver a la mujer frente a mí. Jamás me había pasado.

Gracias por cumplir mi último deseo. . .

Dijo. Provocando una punzada en mi pecho. . .eso era nuevo.
Sus palabras borraron cualquier sentimiento de culpa que tenía. No pude decir o hacer nada más que mirarla atónito.

Déjeme hacer algo por usted.

Ofreció, rápidamente reaccioné negando con la cabeza. Ella, dando una expresión de gratitud dio un paso acercándose.

Nadie merece quedarse solo, permítame quedarme con usted, por favor. . .

Suplicó dando una sonrisa tan brillante y llena de ingenuidad que incluso me provocó cierta alegría. Esto no ha pasado en toda la historia. . . pero, ¿Cómo podría negarme a una mirada tan dulce? Tendría problemas. . .o tal vez no. Suspirando rendido, le ofrecí mi mano a lo que ella me miró a los ojos encantada.

No sé que saldrá de esta decisión.



C o n t i n u a r á . . . (?)

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