1

274 29 4
                                    

Los pasillos de la gran casona estaban siendo iluminados por una pequeña lámpara, la noche solo era acompañada por el suave canto de las cigarras que de seguro estaban pegadas en algún árbol de la finca de la familia Wang.

El hijo mayor de la familia Wang, un chico de porte elegante, con cabello marrón claro y piel tersa. Se estaba escabullendo de manera sigilosa por los pasillos de la gran casona, su meta era llegar a las habitaciones de los jornaleros que su papá había contratado para que trabajasen en sus tierras.

Nadie además que su papá iba a ese lugar más que su papá y eso únicamente sucedía cuando tenía que pagar o revisar el cultivo. Él tenía motivos distintos por los cuales ir o bueno, nada más tenía un motivo. El bonito y tierno jornalero, Xiao Zhan, un pobre huérfano que por fortuna logró conseguir trabajo en épocas de corte de café. Su padre, al ver que era joven y que sus pulmones todavía funcionaban para trabajar, así que lo contrato.

De alguna manera, su padre se enteró de que el orfanato estaban saliendo varios jóvenes sin estudio alguno. Decidió aprovecharse de ellos con la mayor crueldad que solamente una persona de la alta sociedad podía permitirse. Despidió a todo jornalero arriba de los cincuenta años de edad. Ancianos que habían dedicado sus mejores años al Sr. Wan, ahora eran echados como cualquier basura. Tratados como si no tuvieran ningún valor para ser reemplazados por jóvenes sanos y desprotegidos.

Wang Yibo había llegado de su viaje a Suiza cuando le informaron de la descabellada idea de su padre, después de todo era el único que le podía hacer frente. Lamentablemente, era muy tarde para hacer algo por los ancianos que le vieron crecer, se quedaran. Así que tomó la decisión de por lo menos brindarles una vejez tranquila, les mandó a construir un asilo, ya que muchos de ellos no tenían a donde ir. Luego pidió que los movilizaran al lugar establecido.

Cuando fue a revisar cuántos nuevos peones había contratado su padre. Fue ahí donde conoció a Xiao Zhan, quien destacaba sobre toda la multitud con sus bonitos ojos café y cabello negro. Ese día Xiao Zhan solo llevaba una camisa de color azul, manga larga que estaba embarrada con tierra junto a un jean desgastado que de igual manera tenía manchas de tierra. El meloso rostro de Xiao Zhan también llevaba unas cuantas manchas de tierra sobre él.

Wang Yibo no pudo evitar sonrojarse al ver tan espléndido ser humano.

Después de ese día le pidió a su padre que le dejase administrar de mejor manera la cosecha después de todo, sus vacaciones no terminarán hasta dentro de cuatro meses. Su padre, más que encantado, aceptó.

Con el paso del tiempo, Wang Yibo, se fue acercándose poco a poco al dulce Xiao Zhan, ya sea con pequeños regalos o con poemas escritos por él. Hasta que decidió confesarse, fue enfrente de las habitaciones de los jornaleros. Cosa que no iba para nada como se lo había imaginado.

Él había imaginado declararse frente al lago favorito de Xiao Zhan.

Bueno, si fueron al lago, ese día - solamente que no sé confeso allí- el día de la cita, que en realidad solo Wang Yibo, sabía que era una cita. Se dispuso con ayuda de las amas de llaves a cocinar, una cena indudablemente exquisita; aunque él ayudó más observando, digamos que el y la cocina no eran buenos aliados.

Compro un ramo de rosas rojas y blancas.

Una vez llegaron a hermoso lago, Wang Yibo le dio las flores al sonrosado Xiao Zhan. Los dos se dispusieron a comer, todo marchaba de maravilla. Pero lamentablemente, al estar tan nervioso, no se atrevió a decirle sus sentimientos en el lago, sino hasta que la cita terminó y llevó a Xiao Zhan de regreso a su habitación. En ese momento agradeció el arrebato de valentía y por fin le confesó que llevaba tiempo gustando de él y que por favor aceptara sus sentimientos.

Amor Prohibido-(YIZHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora