Sabito al rescate | SaneGiyuu

𝖲𝖺𝖻𝗂𝗍𝗈 𝖺𝗅 𝗋𝖾𝗌𝖼𝖺𝗍𝖾

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Pasos estruendosos se escucharon por todo el aula hasta parar en la entrada. Un pelirosa con una cicatriz en la mejilla entró azotando la puerta haciendo que los presentes lo voltearan a ver.

-¡Explícame que significa esto! -Ordenó firme el muchacho al pelinegro que se hallaba dibujando, mostrando una carta con un corazón como pegatina.

-Amm, ¿Una carta? -Dijo con obviedad el Tomioka para volver a lo suyo.

-Exacto, una carta. -Sus fosas nasales estaban a reventar de tanto que inhalaba y exalaba fuertemente -¡De Sanemi!

-¿Y? -Preguntó Giyuu y Sabito pensó que su hermano era muy iluso a veces.

-¿Cómo que y? ¿Acaso no ves lo grave del asunto? -Le dijo alzando una ceja -¿¡El idiota de Sanemi para que rayos te enviaría una carta!?

El de ojos azules suspiró y lo miró -Lo iba a decir durante la cena, pero bajo las circunstancias en las estamos en este momento, creo que es la única opción -El pelirosa hizo un gesto que mostraba confusión y Giyuu se levantó del pupitre para ir hacia él.

-Sanemi es mi novio -Rápido y sencillo como las palabras del menor, un tic en el ojo y dos venas en la frente junto con un inmenso shock se habían apoderado de Sabito. Sus pupilas se hicieron pequeñas y su quijada casi caía al suelo de la sorpresa.

-¿¡QUE!? -El gritó que emanó atrajo las miradas de los alumnos y Giyuu se moría de vergüenza por la actitud de su querido hermano -¿C-COMO? ¿CUANDO Y DONDE?

-Ayer me confesó sus sentimientos y lo correspondi -Le explicó y el pelirrosa estaba que se desmayaba -Pero, realmente es un buen tipo y me trata muy lindo -Un bonito color rosa se apoderó de sus mejillas.

Sabito lo volteó a ver nuevamente y con la vena más grande que el Tomioka haya visto, salió del salón otra vez azotando la puerta tras de él. En ese momento, el pelinegro supo que las cosas irían mal, muy mal.

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-Si necesitas otra cosa no dudes en pedírmelo -Ofreció el albino dejando en la mesa unos libros que su amiga Kanae le había pedido que cargará cómo ayuda.

-Muchas gracias Shinazugawa-san -Le agradeció la mujer para luego acomodarlos. Sanemi caminó hacía la entrada de la biblioteca pero un tipo más bajo que el lo empujó y lo agarró del uniforme.

-¿¡Pero que mierda!? -Expresó el Shinazugawa ante tal acción. Kanae solo se tapó la boca sorprendida.

-¿¡Quien cojones te crees para ofrecerte a ser el novio de mi hermano, EH!? -Le preguntó el de ojos color lila al cicatrizado. La mente de Sanemi hizo click.

-Ahhhh, así que eres el tal Sabito -Dijo divertido al ladear una sonrisa -Pues fíjate que tú hermano me prefiere a mi -Explico el albino apartándose del tipo.

-¿¡Que mierda dijiste!? -Un tic en el ojo apareció en el Tomioka.

-Cómo oíste. Ni siquiera te había dicho, ¿Oh me equivoco? -Al terminar de decir aquello se cruzó de brazos.

-Sanemi, creo que deberías parar -Le aconsejo la única muchacha que había en ese lugar.

-¡Prepárate para la golpiza de tu vida idiota! -Sabito iba a estrellar su puño en la cara del cicatrizado, pero una mano pálida y de aspecto delicado lo impidió colocándose entre los dos.

-Basta -Les dijo Giyuu -Están asustando a las demás personas que están aquí -Les dijo con obviedad cuando notó a estudiantes curiosos viéndolos.

Los dos bufaron y se separaron. Se miraban con una cara de pocos amigos y Kanae se fue lentamente y sin hacer ruido. El pelinegro suspiró y se llevó a rastras al pelinaranja quién trataba con todas sus fuerzas de seguir peleando con el novio de su hermano. Una vez afuera de la biblioteca, Giyuu lo soltó.