Indiferente

Capítulo 2

-James deja de ser paranoico y tranquilízate

Paró en seco y me miró incrédulo

- ¿Cómo no puedo estar así?...Cadee no llega el estúpido abogado y el juicio empieza en 20 minutos, sabes ¿Qué podría llegar a pasar si ese abogaducho no viene?

Suspire cansada.

-Contrólate!! ¿Quieres?- grité histérica

- Te pueden implicar, no comprendes la gravedad de la situación- dijo gritándome también

-¿Y si te condenan? ¿Qué haremos?-pregunto inquisitivo

- ¿Por qué desconfías de mí?- pregunté dolida-¿Piensas que en serio la robé?

- Enana claro que no- dijo levantándome el mentón- solo que no confío en los demás y ese idiota...-suspiro

-Nunca me perdonaría si esto te pasara, solo probaría que no soy capaz de cuidarte- bajó su cabeza evitando mirarme

-Solo mantente tranquila-dijo en un susurro apenas audible

-¿Tranquila...Yo? Pero si tu eres la niña llorona en estos momentos -me río y empujo su frente para "aliviar" la tensión-

En estos momentos estamos sentados fuera de la sala del juzgado a 5 minutos de que comience el juicio. Me voy a quedar ciega viendo la puerta del juzgado. Es tan grande, tan ancha y negra con mil arreglos en ella... Solo falta un letrerito que diga "BIENVENIDOS AL INFIERNO. Exija si Vodka".

Mi hermano es un saco de nervios, sudoroso y molesto el abogado Rogther no hace acto de apariencia y pues yo... Yo solo no tengo idea de como mis huellas están en la tarjeta, pero... Pues no estoy preocupada ni nada, la verdad, aunque suene estúpido viniendo de mi, confió en la justicia de mi país.... Lo se sonó demasiado ñoño.

-Ya debe pasar señor.

Un guardia sale de las puertas del juzgado/infierno y se dirige a mi hermano con voz gruesa

Lo sé! Es un poco exagerado pero... ¿Cómo se sentirían ustedes si van caminando por el centro comercial, muy bien, riéndote cuando casi te caes y te rompes la cabeza porque te pisaste una tarjeta de débito?

Y muy comedidamente vas a la tienda mas cercana a tratar de devolverla o que la denuncien como perdida o algo y el señor que atiende la pinche tienda es un grosero imbécil y por casualidad o cosas del diablo es a el a quien se le ROBARON la tarjeta y lo primero que piensa es que soy yo la ladrona!

Te dice mil cosas feas y te denuncia y ahora estoy en un juicio! Por él! Cuando no hice nada! Es malo hacer buenas acciones. O tratar de hacerlas.

James me mira tan preocupado que siento que se le van a salir los ojos y en cualquier momento se va a hechar a llorar. Así que la que se para soy yo, miro a mi hermano y le hago una seña para que deje de ser un gallina y venga, luego camino hacia dentro del juzgado. Si llevamos el juicio sin abogado pues no importa! Lo único que importa es que el maldito señor que me culpo por robar su estúpida tarjeta vea que no fui yo, se sienta mal y venga a pedirme Perdón

¡¿Por qué...me pasan estas cosas?!

Ese señor jamás a de disculparse, seamos realistas

¿Quién en su sano juicio le cree a una adolescente tan obstinada como yo, que va por la vida sin medir sus actos y la cual, hasta sus estúpidos padres abandonaron junto a su hermano?...exacto nadie!

Quiero creer que es un sueño, pero no puedo, siento este nudo en la garganta que no me deja emitir una sola palabra y el dolor en el pecho que oprime todos mis sentidos, me sudan las manos y existe una posibilidad que el tic nervioso de mi ojo izquierdo vuelva

¡Señor, Por favor ayúdame!

Vamos Cadee respira!

Contrólate!

El juzgado es igual a una película, tiene filas de bancas cafés al lado derecho y al lado izquierdo, hay mucha gente sentada en las bancas.

El centro hay un pequeño pasillo, tambien hay dos mesas pequeñas una al lado derecho y otra al lado izquierdo, y al frente el típico trono en el que se sienta rígidamente el juez.

Nosotros estábamos en la mesa del lado derecho y James lo único que hacía era ver la silla vacia del abogado.

-¡Abogado de mierda!- dijo James a mi lado- va a ver ese hijo de puta cuando llegue aquí- bramó furioso

-¡Silencio en la corte!- mencionó el juez- damos por iniciado el juicio...

Llegó la hora...