'Control Z'

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Era un día soleado. Josh se levantó de su cama y se tiró por la ventana. Ya no podía más.

Marta lloraba en su habitación. Acaba de escuchar en las noticias que su ídolo se había suicidado, y que muchos otros famosos se despedían de él en sus redes sociales.

El mundo entero estaba de luto. O por lo menos la mitad de él, los fans.

El cantante tenía a medio mundo enamorado, desde la salida del grupo en el que se dió a conocer, que había sido una revolución mundial. Él se convirtió en el más famoso, pero parecía ser que la fama le había sobrepasado.

A pesar de esto, su álbum, que estaba en plena promoción, salió el mes siguiente y causó mucho revuelo. Todos los programas de televisión y los periódicos hablaban del album 'misterioso' de Josh 'el suicida'. Todas las personas con internet se podían pasar horas y horas escuchando las canciones. Todas las listas de todos los países incluían algunas de sus canciones o incluso el álbum entero. Seguro que hubiese ganado algún premio importante si hubiese seguido con vida.

Unas semanas más tarde, el escándalo acabó olvidado por muchos, pero seguían quedando algunos que no conseguían superarlo ni entenderlo. ¿Porqué sacar un álbum tan bueno sabiendo que nadie iba a ganar nada por ello? ¿Era lo que a Josh le habría gustado? Nadie lo sabía.

El perro del cantante, Max (¿qué perro no se llama Max?), fue adoptado por su hermana, que seguía destrozada, intentando asimilar lo que hacía poco había pasado. Y el perro, mientras tanto, no entendía nada. Solo quería jugar, dormir y comer, lo que hacía normalmente. No sabía que no volvería a ver la cara de su dueño nunca más.

¿Y todo lo que había conseguido Josh en su vida? ¿Para qué? ¿Tendría algún sentido lo que hizo?

¿Y la gira que iba a hacer por todo el mundo, de la que vendió todas las entradas en apenas dos horas?

¿Y todos los fans que estaban emocionadísimos por verlo y escucharlo en persona?¿Por ver su cara y oír su voz?

Todos esos fans que buscaron un trabajo para ganar dinero y pasaban media tarde haciendo cosas que ni les gustaban para poder pagar una entrada para ir a verlo. O todos esos que les pedían a sus familiares o conocidos un poco de dinero para lo mismo. Decepcionados.

Pero Josh no podía dar vuelta atrás. No había un botón para eso. En la vida no existe el 'control z'.

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