🥀 La promesa 🥀

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Después del incendio de la casa de los Inui, la familia quedó dividida, los padres se fueron del país con la esperanza de superar el incidente.

El menor cuyo nombre era Seishu decidió quedarse en Japón, para el era difícil pensar tan siquiera alejarse de todos los recuerdos que formó con la difunta hermana.

Antes de partir los padres le dejaron el dinero necesario para reconstruir la casa, cosa que no tardó mucho pues el seguro de la mima casa no tardó en poner manos a la obra.

Después de varios días regresando de su alta en el hospital, regreso a su casa, notaba que estaba muy frío no por la sensación térmica si no por el vacío, sus padres dejaron una nota:.

" Te mandaremos una mesada muy buena, así que cuídate]

Inui solo se recostó en el sofá, no tenía ánimos de comer, el se culpaba de la muerte de su hermana, no recuerda porque surgió el incendio pero estaba muy nervioso desde aquel suceso.

Lo único que recordaba era que su amigo Kokonoi se andentró en la casa mientras está estaba en llamas con la esperanza de salvar a su amor platónico (Akane la hermana mayor se Seishu).

Pero en lugar de ir por ella al que logro salvar fue a Seishu, el se encontraba con unas pocas heridas, pero lo que le partió el corazón fue que su amigo se desilusionó al ver que había sacado al rubio equivocado.

El sabía que el pelinegro estaba enamorado de su hermana, pero jamás creyó que nunca le pasará por la mente el quererlo salvar del incendio.

Durante varios días después de su alta el chico no salía de su casa, no comía nada ni se molestaba en recibir la correspondencia, estaba tan adentrado en sus pensamientos, que solo pensaba en morir.

Toc, toc

- ¿Tocan?, Que molestia

- Abre la maldita puerta Inupi, se que estás adentro

- ¿Koko?, Se dirigió a abrir la puerta

- Lo sabía, ya te dieron la alta

- Bueno... Si dejando en claro que no lo dejaría entrar

Al ver tal intención Kokonoi le dió un ligero empujón, algo que hizo que Inupi retrocediera una distancia considerable dejando entrar al pelinegro, gesto que no fue ignorado por el mismo.

- Y bien, ¿Hace cuánto estás en casa?

- Tres... Cuatro semanas

- Y no me habías dicho

- Bueno... No ví la necesidad

- ¿Hace cuánto que no limpias, está todo lleno de polvo?, Mira la correspondencia toda tirada, ¿Que esto... Hace cuánto que dejaste esto en refrigerador?

- Si viniste a sermonearme, mejor vete

- Estoy preocupado, eso es todo

- esa noche no lo parecia susurro inupi

- ¿Y bien que comiste? Respondió koko ignorando aquel susurro

- Mmmm... Ramen.... Pollo... A si udon

- Mentiroso... ¿Hace cuánto no comes?

- Mmmm poco

- Mentiroso, estás bien delgado dime

- Mmmm.... Pareces mi mamá.... Bueno ni ella

- Solo dime

- Desde que me dieron de alta

- Es enserio... Eso fue hace un mes... Inupi!!

- Bueno no me da hambre

- Y dormir, hace cuánto

- Lo mimo, dijo mientras se encerró en su cuarto.

Koko no quiso seguir preguntando sabía que no obtendría respuestas, por lo que se dirigió a preparar algo para el rubio asi como realizó la limpieza del primer piso...

- ¿Que es esto?, ¿Un cutter?

Por la mente del pelinegro surgieron Miles de posibilidades, pero estaba seguro que lo único cierto es que su propósito era algo riesgoso, por lo que se lo guardo en el bolsillo

- Inupi abre... Si no abres juro que pateare la puerta

- Aún no te vas... Está abierto

- Aún que me hables con tu sarcasmo molesto no me iré hasta que comas algo enfrente de mi.

El rubio se dispuso a solo ver por la ventana mientras se sentaba en el suelo... Procedió a porbar bocado sabía que el pelinegro era muy insistente, por lo que lo obedeció.

El pelinegro se sentó enfrente de el viendo cómo su amigo estaba muy delgado, con una piel demaciado pálida casi muerta, un rostro vacío y ojeroso, al igual que sus manos todas llenas de raspones, como si hubiera golpeado la pared por un buen tiempo.

[Oye Akane... No te pude proteger a ti... Pero haré lo que pueda por Inupi... Aunque él me aleje de su lado... Es una promesa]

Siempre haz sido tu [Koko x Inupi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora