Devoción

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La boca de Saitama no podía estar más abierta ante lo que apreciaba. En el comedor había un sinfín de platos apetitosos y bien decorados, además, de que en el fondo había una decoración con globos, serpentinas y un gran letrero de "FELIZ 2 ANIVERSARIO".

Detalló que su estudiante con su característico delantal rosa, terminaba por poner algo en la mesa y al verlo, sonrió.

– Feliz aniversario, sensei.

– Genos, debes explicarme claramente que es esto, porque no entiendo nada.

– Oh si, leí en internet que cuando se cumple un año de convivencia con alguien, se llama aniversario y hoy justamente pero hace dos años tuve la fortuna de que el sensei me aceptara en su casa; como el año pasado no era consciente de esa información, entonces decidí desatrazarme y hacerlo el doble.

– Si si – dijo con desgano pues a la mitad del discurso del cyborg se había perdido- Genos, los aniversarios se celebran, cuando existe una relación o hay un matrimonio- aclaró.

– Mmm... ya veo, o sea que el problema radica en que aún no nos hemos casado- expresó pensativo.

– Así es – recapacitando- ¡ oye! ¿no me estás escuchando?, ¿cómo que aún no nos hemos casado? – preguntó pálido al ver que el rubio no comprendía la gravedad de la situación.

– Siempre lo escucho, sensei- aclaró- por mi parte, eso puede suceder cuando quiera y ¿por su parte?- preguntó directamente.

– ¿Por mi parte, qué?- confundido sin poder seguir el hilo de la conversación.

– Yo siempre estaré a su lado, sensei – añadió.

– Genos, espera – respirando hondo- yo no estoy entendiendo muy bien que intentas decirme, por favor, intenta resumir – desesperado.

– Sensei – tomándole las manos- yo siempre estaré con usted, porque lo admiro y lo amo - dijo con sinceridad- lo amo por el hombre y héroe que es, no espero que me corresponda, la verdad, creo que jamás estaré a su altura ni que sea digno de usted, pero con el solo hecho de que lo sepa, estoy tranquilo.

El calvo escuchaba aquella declaración y desde que inició no había tomado aire, estaba completamente rojo y alterado por la sincera y devota declaración de su pupilo. Genos lo amaba... ¿ Genos lo amaba?... ¡¡ Genos lo amaba!!, carajo jamás se había esperado eso y no sabía cómo sentirse. Se sentía avergonzado, emocionado, ansioso, asustado... maldita sea sus tripas se habían anudado del sinfín de emociones.

– Sensei – lo llamó- disculpe si lo he molestado, si está incomodo, puedo retirar todo – comentó mientras empezaba a levantar los platos.

– ¡ No! – negó, pues no podía enojarse con ese festín y la intención del estrafalario rubio- es solo que vaya... me tomas por sorpresa, jamás pensé que te fueras a enamorar de mí.

– ¿ Por qué no, sensei?, usted es fantástico y maravilloso, antes disculpe por no haberme enamorado de usted desde el primer instante que lo conocí.

– Ya... - sumamente abochornado- ¡ya deja de decir cosas así de repente!

– Lo lamento sensei, mejor comamos antes de que la comida se enfríe.

Dios, si, necesitaba comer y tener una pausa para que su achicharrado cerebro volviera a funcionar. Ok, debía admitir que el menor había cambiado en estos dos años y ese cambio lo hacía ver... ¿ atractivo? Sabía que se había realizado algunas actualizaciones, sino recordaba mal, un blindaje mejorado que funcionaba como terminales sensoriales, en pocas palabras, piel artificial; había adquirido unos centímetros más de estatura (ahora el cyborg era más alto que él) y su fisionomía era más amplia y marcada. También estaba el hecho de que ahora su cabello no lo dejaba caer, sino que lo peinaba hacia arriba, dejando ver con más pulcritud, su fino y varonil rostro.

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