Capitulo 25: Bache.

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Alba

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Alba

El Rey tenía sus razones para rechazarnos con gentileza. Para dudar en aceptar lo que mi hermano le proponía. No podía juzgarlo, ni siquiera Rick porque probablemente él hubiera hecho lo mismo. Porque él estaba dispuesto a aceptar las humillaciones de Negan con tal de no tener más muertes.

—Se hace tarde — Ezekiel se levantó de su trono y nos miró a todos y cada uno con detención — los veo en la cena y los invito a quedarse esta noche.

—Tenemos que volver a ca...— dijo mi hermano pero el Rey lo interrumpió con poderío.

Mi decisión — espetó con el mentón elevado — la daré el día de mañana.

Y eso fue todo lo que dijo antes de desaparecer tras las cortinas de lo que parecía ser un teatro. Me volví como por inercia hacia. Daryl. Estaba molesto y no intentaba disimularlo. Yo sabía que aparte de aquello, Daryl estaba preocupado por Carol.

Así que simplemente me uní a Rosita y nos fuimos en silencio siguiendo a Jerry. La mano derecha del Rey quien nos guió a los aposentos del Rey para cenar. Por supuesto, el Rey no estuvo pues según Jerry se había ido a atender unos asuntos familiares.

La cena estaba deliciosa y cuándo terminé de comer me levante en silencio mientras los demás debatían sobre Negan y las posibilidades de derrotarlo.

Le pregunté a Jerry donde íbamos a dormir y él indicó que cada uno podría dormir en cualquier habitación del segundo piso. Así que le di las gracias y subí sin ser pensarlo mucho me metí en la primera habitación que encontré y cerré la puerta detrás de mí. Camine hasta la ventana con las cortinas abiertas, me abracé a mi misma mirando hacia afuera. Habian guardias patrullando, pero también niños jugando.

No tenía miedo del porvenir. Tenía miedo de no ser lo suficientemente buena para mi hijo. No podría tolerar ser una mala mamá o no ser lo suficientemente fuerte y hábil como para protegerlo del mal.

—Te fuiste.

Miré sobre mi hombro. La voz me hizo saber que se trataba de Daryl. Volví la vista hacia la ventana y el pecho se me apretó con tanta fuerza cuándo recordé todo. No habíamos tenido tiempo de estar a solas. Y tenía miedo de lo que pudo haber cambiado en él en sus días bajo cautiverio de Negan.

—Estoy cansada. No hemos parado. Y sé que no vamos a parar. Si hay un minimo de descanso lo quiero tomar para recuperar fuerzas — le eché un ojo por el costado. Daryl se detuvo detrás de mí. Su aliento sacudió mi cuello y me hizo estremecer — tu también deberías descanzar para recuperar tus fuerzas.

—Ya he descansado lo suficiente — contestó en voz baja. Mi cuero tembló. Cuanto lo extrañaba. Sus manos sujetaron mis caderas con lentitud y aferró sus dedos a mi sobre la ropa.

Bajé mis manos hasta encontrar las suyas y aferrarlas a mis dedos. Cerré los ojos y estiré sus manos para así sentir si abrazo. Daryl apoyó el mentón en mi hombro y me apretó contra sí.

C A T A R S I S  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora