Todos pensaban que al llegar la adolescencia, las jóvenes querrían diferenciarse entre ellas.
Pero la unión entre las hermanas se hacía cada vez más fuerte, y la preocupación de sus familiares aumentó.
"Hijas, ¿por qué no os ponéis guapas y salís a pasear? Seguro que hay chicos que quieren conoceros", les dijo un día su madre.
"Sólo somos bellas mirándonos la una a la otra. Somos nuestro espejito", contestó Tatiana.
¿Eran tan presumidas como para olvidar su propia individualidad?
Las gemelas habían enloquecido. Su madre lo comprendió el día en que encargaron la confección de un vestido en el que cupieran juntas.
"Mira, mamá, ¿qué hay más bello que dos gotas de zumo de zanahoria?", rió Tatiana.
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Son gemelas, son pelirrojas y guardan un secreto Por: Alba Muñoz
General FictionUn relato de ficción basado en las fotografías de Julie de Waroquier