toy 𐚁 kookmin

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Jimin no tenía ni idea de que le estaba contando Jungkook, pero si sabía algo. El Alfa estaba en estado de embriaguez, así que era mejor simplemente escuchar lo que decía mientras le daba mimos.

—Ellos siempre fueron malos conmigo, siempre me maltrataba y decían que yo era un error.—Jungkook hipo y luego solamente se rió

—Sabes... Vengo de una familia de mierda, todos son unos hijos de puta doble cara, y yo fui víctima de eso.—Dijo Jungkook acariciando el vientre del Omega, dónde efectivamente crecía su cachorro

«¿Qué carajos le está pasando a este idiota?, No sé si solamente está ebrio o también viene drogado.» Pensó Jimin mientras sentía con ligereza las caricias de Jungkook.

Últimamente no lo ha estado drogando tanto como antes, de hecho solamente lo hizo está vez para que Jimin estuviera a su lado. Y bueno, incluso borracho sabía que Jimin podría escaparse si él se quedaba por ahí dormido.

—Cuando mis padres me tuvieron, mis dos familias decían que yo era un error, incluso mis padres siempre estaban ahí... Recordándome lo inútil que era.—Jungkook nuevamente hipo

—Peroooooo, no todos eran unos hijos de puta, estaba mi abuelita, ella era un ángel enviado a la tierra para protegerme.—Dijo Jungkook mirando al techo del sótano

—Ella me dió todos estos muñequitos bonitos, son mi mayor tesoro... Sabes, mi amor, parezco un dragón, siempre recolectando y guardando mis tesoros. Por eso tú estás acá.—Jungkook comenzó a frotar su cabeza en el cuello del Omega

—El primer muñeco que ella me regaló fue un peluche de un niño, muy parecido a ti.—Admitió Jungkook

Entonces Jimin entendió de que estaba hablando Jungkook, estaba borracho y contando la historia de su vida, al menos Jimin sabría porque ese Alfa era alguien demasiado enfermo.

—Pero los imbéciles de mis primos llegaron y dañaron mi peluche favorito, el primero que mi abuela me dió.—Jungkook apretó el muslo de Jimin

—Cariño, no tienes ni idea de lo satisfactorio que fue empujar al imbécil de mi primo desde el tercer piso del departamento dónde vivíamos.—Jungkook comenzó a besar el cuello de Jimin

—Perdóname, perdóname por tenerte acá, escuchando la patética historia de mi vida.—Dijo Jungkook mientras comenzaba a llorar mientras aún daba besos en su cuello

—Pero ya no más lamentos, por fin tendré mi propia familia, tú y yo seremos los padres que siempre quise para mí.—Jungkook secaba las escasas lágrimas que salieron de sus ojos

—¿Y si yo no quiero ser el appa del cachorro?, ¿Y si me niego a amarlo?—Preguntó Jimin sin ninguna emoción de miedo, después de todo ya nada valía la pena

Jungkook frunció el ceño y comenzó a apretar con más fuerzas ambos muslos de Jimin, acercó su boca al oído del Omega y le susurro.

—Si no quieres ser su appa, si te niegas a amarlo, me veré en la penosa obligación de hacer que lo ames a la fuerza.—Susurro Jungkook en el oído derecho de Jimin

—¿Debería tenerte miedo?—

—Claro que si, ahorita dices eso, pero cuando sientas unas pinzas en tus pezones, mientras meto mi brazo en tú entrada y te quemo con agua hirviendo, vas a sentir todo eso.—Dijo Jungkook soltando los muslos de Jimin, dejando consigo unas marcas en la piel lechosa del Omega

—Bien, espero que te haya quedado claro, vamos a dormir, cariño.—Dijo Jungkook recostando con cuidado a Jimin sobre el colchón tirado en el suelo

Acto seguido, Jungkook se acostó al lado de Jimin, apagó la pequeña lámpara que tenía para alumbrar y rápidamente se quedó dormido.

Jimin no sabía que sería de su futuro, ahora estaba embarazado de un Alfa que lo está obligando a tener cachorros con él. Más aparte de que lo tiene como un muñeco encerrado en su sótano.

Ni siquiera sabía cuándo tomaría aire fresco, caminaría por entre la gente, iría a sus clases de baile o tan siquiera sabía su Taehyung lo amaría después de todo ésto.

Jimin prefirió cerrar los ojos y quedarse dormido que a ponerse a pensar sobre las cosas de su futuro. Que de por si, no veía ningún buen futuro garantizado para él.

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Y nuevamente, los policías se encargaban de sacar de la estación a ese Alfa que viene molesto todos los días para que encuentren a su Omega.

—Estamos haciendo lo que podemos, y ese tipo solamente viene a gritarnos que somos unos inútiles.—Dijo el oficial hablando con su compañero

—Solamente está preocupado por la seguridad de su Omega, son cosas de Alfas que no entiendes al ser un Beta.—Dijo el otro oficial dándole un suave golpe a su compañero Beta

—Pero como sea, Kim Taehyung no viene a darnos órdenes, es un jodido loco de mierda que cree que su Omega debe seguir vivo.—Dijo el Beta rodando sus ojos molesto

—¿Y si siguiera vivo?—

—Si el Omega estuviera vivo, ya debe estar de seguro en otro país, porque acá hemos buscando como locos y nada.—El Beta sonó molesto

—Bien, como digas, falta poco para que cierren el caso por completo y den ya por muerto a Park Jimin.—Dijo el Alfa tecleando un par de cosas en su computadora

Y ambos oficiales seguían tranquilamente es sus respectivos trabajos, mientras que Kim Taehyung estaba afuera, tirado en media cera y llorando porque no han encontrado a su Omega, a su Mimi.

Taehyung sentía que su Omega estaba vivo, sentía su aroma más fuerte, como si lo llamará y lo necesitará en esos momentos.

Taehyung no quería imaginarse todas las torturas que deber estar pasando su pobre y pequeño Omega, como Alfa, sabía que debía estar para proteger a su Omega, pero el falló, así se sentía.

—Perdóname mi amor, perdóname por fallarte y no haber estado ese día contigo.—Dijo Taehyung abrazando la imagen de Jimin

—Y-ya no podremos cumplir todas las promesas que hicimos, pero estoy seguro que estás vivo, lo sé, lo siento en mi corazón.—Dijo el Alfa llevando sus manos a su pecho

Simplemente podía olvidar a Jimin, pero no quería, amaba a su Omega, amaba todo sobre Park Jimin.

Su estatura baja, su diente torcido, sus ojitos cuando sonríe y se cierran, sus caderas moverse al ritmo de la música, su angelical voz cantándole para que durmiera.

Y bueno, probablemente Taehyung haría lo que todos los días se había vuelto su rutina, llegaría a su casa, se daría una ducha, se tiraría a la cama a esperar el día de su muerte mientras escuchaba una y otra y otra vez el último audio que Jimin le había enviado.

Era un Alfa en depresión, extrañaba a Jimin, a su único amor.