¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Asmodeus dió unas cuantas risas al notar el nerviosismo del payaso.
— ¿Primera vez? — Esto lo dijo en modo de broma, mirando seductoramente al más pequeño.
El demonio pequeño se encontraba debajo del contrario, en una cama bastante grande como para que se acomodarán los dos. Las sábanas de la misma eran de un tono rojo, al igual que la habitación en la que estaban, solamente que no se lograba distinguir todo debido a la falta de luz.
El de pelaje azulado, se encontraba sin su sombrero, botas y abrigo. Quedando únicamente con su camisa manga larga de color vino, y boxers azul marino.
Fizzarolli, era el que menos ropa tenía, ya que solo portaba con su gorro de bufón. Traba de cubrir sus partes metálicas, aún que obviamente no tuviera éxito.
Ante la pregunta del contrario, Fizzarolli solamente aparto la mirada a otro lugar.
— Oh... ¿Tu primera vez con un hombre? — Pregunto nuevamente el mayor.
Por la segunda pregunta, el más bajo se ruborizó, para después cubrir sus rostro con sus manos.
— No... ¿En serio es tu primera vez? —
Las grandes manos del mayor tomaron las metálicas manos del contrario, alejándolas de su rostro, el cual aún se encontraba ruborizado, siendo más notorio debido a las quemaduras blancas en este.
— Si... Nunca he tenido contacto con alguien de este modo. Lo máximo que llegó a hacer son los espectáculos en las noches —
El de ojos verdes acariciaba el cuerpo del diablillo. El príncipe del infierno sabía que Fizzarolli no le agredaba precisamente su cuerpo. Lo noto desde hace mucho tiempo.
Eran pocas las veces que lo veía sin su traje, no sé quitaba nada de este, ni siquiera su gorro de bufón. En los shows, la única vez que se quiero alguna prenda, nunca mostraba más allá de lo superficial, muchos arrojaron aún más dinero en busca a qué se desvistiera aún más. Ese día escucho unos sollozos en el cuarto del menor, pero decidió mejor no molestarlo.
Asmodeus realmente amaba cada parte del fino cuerpo del bufón. Sus lindas manchas blancas en su piel rojiza, quería besar cada una de ellas, al igual que besar sus rotos cuernos, ya que sabía que estos tenían cierta sensibilidad al toque, lo que hacía que tuviera más emoción.
De igual forma, era cierto que el desearía que su amado no tuviera prótesis mecánicas, pero aún con este detalle, amaba su cuerpo, Fizz movía cada parte de sus brazos y piernas como si fueran suyas, con total experiencia en ellas, al igual que con estás eran mucho más flexibles.
No era mentira que el de pelaje había tenido más de una vez sueños húmedos con su bufón.
Pero no era momento para hablar de eso, a pesar de que el mayor tuviera una pequeña erección ya algo notoria, este se concentraba lo más que podía en apoyar a su pareja, dándole ciertas caricias por todo su cuerpo. Su tacto era fino, lento y delicado como el aire en si.
