Forced Happy Ending [Green Eggs and Ham]

Única parte.

"¡Me alegro tanto por ustedes, chicos!"
No lo hago.

"¡De seguro será un bebé hermoso!"
Ni de broma.

"¡Espero le pongan mi nombre, Guy!"
Si eso pasa, te odiaré para siempre.

"¡E.B tendrá un hermanito precioso!"
Se ve mejor sola.

Para Sam, escuchar que su mejor amigo tendría un bebé junto a la mujer con la que se casó, debería ser una alegría inmensa; ¿Qué clase de amigo no se alegra por ver a quien tanto quiere feliz?

Uno que está enamorado.

Y es que, si para él fue sumamente difícil aceptar que Guy se casaría con Michellee para formar una familia, escuchar que ella estaba embarazada, sin duda alguna, fue algo que lo dejó petrificado.

Esperaba que ambos criaran juntos a E.B, después de todo, era lo esperable; ¡¿Pero un bebé?! ¡¿Por qué?!

¡¿Por qué no fue él quien pudo ganarse su corazón?!

Mientras más se cuestionaba eso, más dolía su estómago, provocándole náuseas y, ciertamente, malestar.

Mientras reflexionaba sobre esto en su cama, escuchó los pasos de su madre acercarse a su habitación, dándole una mirada incómoda, intentando saludarla.

— Hola, mamá.— Dijo.—  ¿Qué tal el trabajo?

— Lo de siempre, cariño.— Caminó hasta él, tomando asiento en la orilla de la cama.— ¿Qué pasa? Desde hace días no comes bien ni sales... No es normal en ti.

Tragó en seco, suspirando.
¿Debería confesárselo?

— Sea lo que sea, te apoyaré.— Murmuró, acariciando su espalda.— No me gusta verte así.

Interesado por esto, se acomodó en la cama, sentándose y mirándola.

— ¿Cualquier cosa...?
— Sí, cualquier cosa.

Estuvo un par de segundos en silencio, pensando.

— Ayúdame a deshacerme de Michellee.

Nuevamente, el silencio reino en el pequeño cuarto.
Pam se atrevió a hablar.

— ¿Por qué?
— Ella me arrebató a Guy.— Confesó.— Todo era perfecto antes de que ella se interfiriera entre nosotros, mamá, él...

Suspiró, recordando con nostalgia lo vivido con el gruñón knox.

— Él fue quien me dio ánimos para buscarte.— Bajó la mirada, abrazando sus piernas.— Y ella... Me lo arrebató, como si fuera suyo... No puedo soportarlo, pero puedo entender que no quieras hacerlo, es inmoral y es-

La mano de la espía se posó sobre la de su hijo, levantándole la mirada con su mano desocupada.

— Cuenta con mamá, Sam.

La sonrisa de I Am se hizo inmensa.
Al fin obtendría lo que anhelaba.

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Cinco largos meses tomó la elaboración de un plan perfecto.

Entre la búsqueda de un escondite perfecto y monitorear a Michelle, fue sumamente complicado dar con algo que diera frutos sin tener que pagar las consecuencias para tan abominable acto que estaban a punto de cometer.

Mientras Sam daba vueltas en la pequeña cabaña que su madre encontró para él, esperaba la señal que le había propuesto para que, al llegar Michellee, no tuvieran problemas.