Día 2: Diga el débil ¡Fuerte soy!

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Que el débil diga: ¡soy fuerte!
Forjen espadas con los azadones y hagan lanzas con las hoces.
Que diga el cobarde: «¡Soy un valiente!»
Joel 3:10

Desánimo, tristeza y depresión parecen ser palabras de moda en estos días. Aun cuando se consideran respuestas naturales de nuestro cuerpo a las dificultades, soy testigo de que nadie desea permanecer en esa situación por mucho tiempo.

Vivir momentos difíciles y pasar por sufrimientos son caminos válidos para la madurez del creyente en Jesús, en su palabra, en la biblia.

A pesar de nuestra fragilidad como humanos junto con las aflicciones que enfrentamos, podemos tener la certeza de la fidelidad de Dios.

Este versículo se encuentra dentro de un texto que habla sobre promesas de Dios.

El libro del profeta Joel anuncia el juicio venidero y la promesa de restauración del pueblo.

Es por su poder que somos hechos fuertes guerreros, habilitados para enfrentar las batallas de la vida por fe.

Esto no se trata de una estrategia mental de pensamiento positivo ni de usar el "poder de las palabras".
Nuestra fuerza viene de Dios (Salmos 28:7-8). Él es quien nos fortalece (Filipenses 4:13). Es gracias a Jesús y su poder que venceremos y que podemos decir: ¡soy fuerte en Cristo!

365 Días En Su Presencia © [En Curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora