Si estuviera más oscuro, uno necesitaría la ayuda de una antorcha para moverse libremente entre el bosque de la montaña. Wei WuXian caminó por un rato, pero no tuvo la fortuna de encontrarse con algún cultivador. Estaba bastante sorprendido, ¿Podría ser que la mitad de los clanes que vinieron a Los Pies de Buda estuvieran solo diciendo palabras vacías y la otra mitad no pudo hacer nada más que volver derrotados, tal cual como las personas que pasaron por mi lado?
De repente, un grito de ayuda provino desde la dirección hacia la que avanzaba.
—¿Hay alguien aquí?
—¡Auxilio!
Voces tanto femeninas como masculinas podían escucharse, todas se oían envueltas por el pánico, por lo que era poco probable que fueran simuladas. Usualmente, los gritos de ayuda que surgían en las montañas eran la obra de criaturas malignas con la intención de atraer gente ignorante a sus trampas. Aún así, Wei WuXian estaba extremadamente feliz.
¡Mientras más maligna era la criatura, mejor para él!
Comandó al burro hacia la dirección desde la que provenían las voces pero no pudo encontrar nada a sus alrededores. Al mirar hacia arriba, en vez de encontrarse con espíritus o monstruos, estaba el clan rural que había conocido en el prado anteriormente; colgados en un árbol dentro de una gran red dorada.
El hombre de mediana edad estaba patrullando y explorando el bosque junto con otros pocos. Sin embargo, en vez de toparse con la presa que esperaban, habían caído en una trampa de red, probablemente puesta por algún adinerado clan. Es por eso que ahora colgaban del árbol, quejándose y llamando por ayuda.
Después de ver que alguien se acercaba, inmediatamente se alegraron; pero la expectativa se desvaneció cuando reconocieron que aquel que venía era el lunático. Si bien los hilos de la red atrapa-deidades eran delgados, el material era de fina calidad, haciéndolo difícil de romper. Sin importar si es un humano, dios, demonio, espíritu o monstruo; le tomaría un largo tiempo al intruso liberarse, ya que esta red solo podía ser rota por una herramienta mágica de grado superior. El lunático probablemente ni siquiera sabía que era, así que mucho menos sabría cómo sacarlos de ahí.
Estaba a punto de llamar a otros por ayuda cuando el sonido del crujido de ramas separándose y de hojas siendo pisadas se empezaron a aproximar. Un niño que vestía una túnica de color claro emergió desde el oscuro bosque.
El niño llevaba una marca bermellón (1) entremedio de sus cejas y sus rasgos en general eran delicados, a pesar de que algunos fueran más profundos y marcados. Era bastante joven, debía rondar la misma edad que Lan Sizhui, es decir, aún era un adolescente. Llevaba consigo un canasto de bambú con flechas emplumadas y una luminosa espada en su espalda y en la mano, un arco largo. El bordado de su ropa era extremadamente delicado, formando una magnífica peonía blanca en el centro de su pecho. Dorados hilos relucían en contra de los oscuros tonos de la noche que lo rodeaban.
Wei Wuxian exclamó silenciosamente —¡Qué adinerado!
Este debe ser un joven amo estudiante de la secta LanlingJin, ya que esa secta era la única que tenía una peonía blanca como patrón de su clan; usaban a la reina de todas las flores para sugerir que eran los reyes de todos los cultivadores. La marca bermellón implicaba el significado de «abrir las puertas hacia la sabiduría y aspiración, iluminando el mundo con la luz bermellón»
El joven amo ya tenía lista una flecha en su arco y estaba preparándose para disparar cuando se dio cuenta de que la red atrapa-deidades había capturado simples humanos. Después de la inicial decepción, rápidamente se irritó —Todas las veces me los tengo que encontrar, idiotas. Hay más de cuatrocientas red atrapa-deidades en la montaña y ustedes ya han roto como diez ¡Ni siquiera he visto a la presa aún!
ESTÁS LEYENDO
mo dao zu shi reacciona a
Fanfictiones de los personajes de mo dao zu shi reaccionan a la verdad y otros cositas que lleguen a mi mente