Primer Encuentro

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—Wanda, me alegra de nuevo verte por aquí, pensé que jamás volverías—me dijo la mujer de la librería pública de New York. Ella se veía feliz, como si sus palabras fueran sinceras. Trate de recordarla, pero ni siquiera recuerdo haber entrado a esta librería antes.

—Disculpe, no la recuerdo—le confesé tímidamente. Me frustraba demasiado cuando esas cosas pasan.

Mi nombre es Wanda, Wanda Irina Maximoff. Tengo 22 años, es lo único de lo que estoy completamente segura en mi vida. Perdí la memoria hace 7 meses, cuando desperté después de haber estado 5 meses en coma. Por lo que me contó mi mamá, yo venía de regreso de una fiesta, estaba bajo el abuso del alcohol y eso provocó que chocara con otro auto, haciendo un accidente bastante grande. Me golpeé la cabeza demasiado fuerte, tuve una fractura de cráneo y eso me durmió durante meses, después cuando desperté, se había borrado toda la información de mi memoria, obligándome a empezar desde cero.

Ahora he tratado de regresar a "mi vida" de antes. Mis amigas me han ayudado a recordar cosas, pero en realidad, no me siento cómoda con ninguna de ellas. Mi novio me parece molesto, mis amigas me desagradan la mayoría de las veces. No me parece divertido salir a las discotecas con ellas, no sé, es como si sintiera que están tratando de convertirme en algo que no soy y nunca fui.

Había decidido ir a esta librería a escondidas de mi familia, la había visto unos días antes y mis ganas de entrar se habían vuelto inmensas, se lo comenté a mi madre y no reaccionó de la manera más esperada. Me dijo que los libros eran basura, que yo detestaba los libros y todo lo relacionado con la intelectualidad, así que prohibió venir a este lugar, lo cual me pareció bastante exagerado.

—Soy Maria, Maria Hill—aún seguía con una gran sonrisa, hablaba tan segura, como si creyera que yo estaba bromeando—. Maria... bibliotecaria... aquí... ¿no? —negué con la cabeza en señal de disculpa—. Mierda, entonces lo que dicen es cierto... —su expresión se volvió preocupada— ¿No recuerdas nada?

—No, sinceramente no recuerdo haber estado aquí antes... —confesé, dejé el libro que ojeaba unos minutos antes para prestarle más atención a la mujer.

—¿Nada de nada? ¿Ni siquiera... unos fascinantes ojos verdes y una libreta de cuero café? —eleve mis cejas tras su pregunta, me había parecido bastante extraña.

—No, lo siento. —respondí.

—Bien...—desvió la mirada y dio un gran respiro—. Creo que lo mejor es que te deje sola, ha sido un gusto verte, Wanda. Disfruta tu lectura. —dice rápidamente para después retirarse. Ella parecía preocupada, rara... parecía que ella sabía algo de mí... como si esa mujer hubiera sido una amiga en el pasado o algo así.

La seguí con la mirada hasta que desapareció entre los enormes libreros de la biblioteca. Volví a pensarlo, me pareció aún más extraño recordar que mi madre me había prohibió venir a este lugar, seguro ella quería evitar que yo me reencontrará con esa mujer.

Suspiré e intente olvidarme de eso, mire de nuevo entre los estantes de libros y tome uno que hablaba sobre la vida de una asesina en serie llamada "Mónica Limar", que fue el primero que me llamó la atención.

Camine hacia la zona de lectura, en donde había sofás para sentarse a leer. En ese lugar reinaba el silencio, era demasiado tranquilo y acogedor. Me senté y abrí el libro para comenzar a leerlo. La historia hablaba sobre cómo una mujer prostituta había terminado como una de las asesinas seriales más famosas de la historia, su vida había sido muy trágica además de triste, desde los abusos de su padre hasta la falta de dinero para comer.

Pronto me había metido tanto en la historia que deje de contar el tiempo, sentía un nudo en la garganta con cada palabra que leía.

Tras todos los abusos que Mónica había tenido que sufrir, termino enamorada, se enamoró de Sheilid, una estudiante insegura. Pasaron un tiempo juntas, pero al final fue Sheilid quien terminó entregándola a la policía. En el libro venía una copia de la última carta de Mónica a su novia. La leí y sentí las tremendas ganas de liberar mis lágrimas.

Pídele que vuelva - Adaptación WandaNatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora