—.. ¿que ordene qué?
el autoproclamado rey de las maldiciones se encontraba confundido y en un nuevo dilema de su día a día, el mocoso de Itadori le había dicho algo que en los 3 meses que llevaba no le comentó. Ordenar una pizza.
—Una pizza, no es tan difícil, además el almacén está cerrado y no tengo ganas de cocinar hoy.
Itadori le pasó el teléfono con cierta precaución, la última vez que se lo había dado el contrario inició una guerra contra la asistente de google, cosa que terminó mal, por lo que ahora al menos esperaba que Sukuna entendiera lo caro y fragil que era el objeto.
—.. humanos holgazanes, ¿tienen el privilegio de que otra persona haga su cena? ya no hay respeto a la maldita realeza.
en un tono engreído tomó el teléfono al revés observando la pantalla desbloqueada, lo dió vuelta algo tenso por su reciente error y procedió.
—..eh- ejem, cacharro ordena una pizza.
esperó un par de minutos, al ver que no sucedía nada observó con enfado a Itadori, el cual estaba a absolutamente nada de morir por el ataque de risa que le había dado oir tal frase por parte del pelirosa; este gruñó.
— ¡tienes que poner el número!
—y cómo mierda pretendes que lo haga si no sé cuál es el número de la pizza.
Itadori le ayudó colocando el número de la tarjeta que tenia en su mesa para ocasiones donde tuviera flojera de cocinar, Sukuna tecleó pausadamente los números, observando primero para luego buscar en el teclado y presionar, luego de esto volver a observarlo para asegurarse de que fuese correcto; la llamada inició.
— ¿hola? ¡Pizzería la gran bestia!
se detuvo un momento a analizar lo que había dicho la persona, Itadori le hizo una seña para que colocara el teléfono cerca de su oido para escuchar y no perderse, siguió las instrucciones y contestó
— ¡Exijo una pizza!
luego de eso procedió a cortar la llamada y se sentó en una silla a esperar. Itadori se exaltó no de muy buen humor
— ¡¿qué demonios fue eso?!
—ordene la estúpida pizza, oye, ¿cuánto tiempo se tardan? mis sirvientes antes cuando ordenaba algo a los 2 minutos estaba ante mí. Se están tardando.
—Sukuna..
El pelirosa pasó sus manos por su rostro frustrado por la terquedad de su compañero, buscaba la manera de hacerle ver que había hecho las cosas mal.
— la pizza no va a llegar
—¿eh? ¿que demonios dices mocoso? ¡Lo ordené como habías dicho que hiciera!
—..dios, esto va a durar una eternidad.
luego de ese comentario rendido, procedió a explicarle con detalles cómo funcionaba la entrega de comida a domicilio, cosa que hizo que Sukuna no dijera nada y se retirara a su habitación a recapacitar sus acciones, ya no tenía hambre.
—....Humanidad de mierda.
maldijo para luego ahogar un grito frustrado en la almohada por no obtener lo que quiso, el gozo de ver en la cara del mocoso que él había hecho algo normal para él incluso mejor y con más profesionalismo, pero debía aprender más si quería ser mejor.
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𝐁𝐎𝐎𝐌𝐄𝐑┊Sukuna Ryomen
Short Storybásicamente Sukuna intentando sobrevivir en la epoca avtual