Volteando al hetero [WooSan]

2

"Idiota"

— ¡¿Por qué te vistes como mujer!?— gritó furioso

— ¡¿Acaso está prohibido?!

— ¡Eres un hombre!

— ¡La ropa no tiene género!

— ¡Eres un hombre!

— ¡Ya lo dijiste!

— No puede ser...— susurró. Comenzó a caminar de un lado a otro, mientras agarraba su cabeza con sus manos— Esto no puede estar pasando...

— No me digas que casi me acuesto con un hetero idiota— suspiró

— ¡Ustedes son idiotas! Habiendo tantas mujeres lindas

— Me gusta estar con hombres

— ¡¿Querías meter tu pene en mi?!

— Hubiera preferido que tú me la metas a mi— automáticamente cubrió su boca con sus manos. ¿Por qué había revelado sus pensamientos? No sabía, simplemente se le escapó.

— Eres un ser repugnante...— susurró horrorizado.

— ¿Así? Pues este ser repugnante te hizo la mejor mamada de tu miserable vida— lo señaló. WooYoung pareció entrar en conciencia de lo que había sucedido y se sintió más sucio de lo que ya estaba

— ¡Fue la peor mamada que recibí! Homosexual asqueroso— frunció el ceño. San no pudo aguantar su furia. Se acomodó la ropa y antes de salir dijo

— Fue el peor pene que ví. Parece un maní— se fue dando un portazo, dejando a WooYoung con el ego herido

— Homosexual asqueroso...

Volvió a sentarse en la cama, tratando de procesar lo que había ocurrido. Por su cabeza pasaban imágenes de la chica, que era chico, tomando su pene, y eso lo asqueaba.

No aceptaría nunca que eso lo excitó demasiado, y que aún seguía caliente. Pero no iría abajo a buscar una chica verdadera, ya no se sentía bien anímicamente, su ego se dañó por completo al dejar que otro hombre lo toque.

— No soy gay, no soy gay, no soy gay— susurraba para sí mismo, mientras se abrazaba.

Decidió que necesitaba una ducha ¿Quien se bañaba en una fiesta, y, lo más importante, en casa de tu amigo? No lo sabía, pero no le importaba ser el primero. Realmente necesitaba sacarse la escencia a ese chico de su cuerpo.

Caminó hasta el baño, que estaba en la misma planta, prendió el agua y se desvistió para luego entrar. Fregó con fuerza su cuerpo, dejándolo rojo.

— ¡No soy gay!— golpeó la pared con sus manos, y luego se dejó caer en el suelo. Abrazó sus piernas y lloró, repitiendo que no era gay.

La situación lo había puesto demasiado sensible, ¿Qué diría la gente? No debían enterarse, sería una vergüenza. ¿Qué dirían sus padres? Quizás lo hechen de casa. ¿Podría estar con una mujer? Se sentía poco hombre. ¿Acaso realmente su pene tenía el tamaño de un maní? Imposible, él hacía gritar a las chicas de placer, ¿Cierto? Es imposible que su pene fuera chico, ¿Verdad?

— Maldito homosexual....— susurró con furia

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