Capitulo 01: ¿Quien Eres?

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"¡Por qué!" Grito en rabia, ira, tristeza, pero sobre todo por impotencia. Impotencia por que para el no lo dio todo en esa batalla, ahora miro hacia arriba al cielo grisaseo mientras que su cara chocaba con el aguacero, se mordio el labio.

"AAAAAAAAAAAGGGGG" En un momento de desesperación grito, y grito para no dejar de hacerlo, la había perdido, todo por su culpa, si el no se hubiera enamorado, si el se hubiera alejdado, ella no tendría que estar pagando por su estupiez.

La abrazo, como una bestia protegiendo su tesoro, abrazo su cuerpo molido mientras que sus lagrimas caían en su cuepo, no pudo hacer nada, y nunca lo pudo haber hecho, después de todo, ¿que podia hacer con el caos errante?.

Ira, como el fuego interminable de una ahoguera un sentimiento de rabia nacio en su interior volvio a mirar hacia arriba, con sus ojos inyectados en sangre y en un pensamiento erratico, dejo lo unico que quedaba de su amada para levantarse y volar con todos sus fuerzas. 

"¡Por mi orden absoluta te libero, tu rey de la blasfemia se libre y mata a mi enemigo!" 

Con el rugido de una bestia mas allá de la comprensión de un ser, de su mano derecha surgio un enorme miasma negro que empezó a destruirlo todo solo con su precensia, para que del mismo una enorme bestia surga con una enorme y sorprendente cadena en su cuello de cabra, pero en ese mismo instante el hijo de la diosa primordial fue libre para cumplir la orden de su padre.

Con la cadena rota, y con la ira conpartida ambos siguieron volando para que de un momento para otro el mundo explotara, y luego el sistema de planetas a su alrededores para poco momentos más, la galaxia y todas las demás, hasta llegar al fin del universo.

"AZATHOTH" 

Destruyendo el universo, para poder salir de la cadena de universos, y intentar llegar con el rey supremo, ambos siguieron adelante, sin embargo... cuando estaban tan cerca.

"Vuelvan al ciclo"

Con voz imponente el principe del caos hablo, para que ambos abrán los ojos como platos,  pase a que su hijo había sido liberado por el y por su madre, y esten combinando fuerzas ellos no eran nada contra el, y mucho menos con el rey absoluto. pero...

Al menos lo volvió a intentar,  con el simple parpadeo de Nyarlathopet, ellos murieron, miro hacía arriba en su ultimo segundo de vida, solo para ver como la luz divina y onmiciente del lugar del rey supremo residia se alejaba de el.

"Perdoname, Scarllet..." 

Murio, una vez mas, luego otra, y otra, mas y mas veces, hasta tal punto que su alma es incluso mas vieja que un universo, olvido quien era, que fue, y quien fue en sus vidas pasadas, y ahora olvidaba quien es en la vida. 

Después de todo, el estaba maldito por el mismo rey supremo, gobernante absoluto de todo el Onmiverso.

Lo unico que recuerda es que ahora hay dos seres con el, una mujer y un hombre, pero nunca mas volvieron a hablar.

Pero, lo unico que sabe, es que siempre pasará solo por la eternidad.

Con eso en mente siguío hacía adelante.

"..."

Ella miro el cielo nocturno con una monotona mirada vacia en sus ojos, en silencio como de costumbre, después de todo la soledad era lo unico que buscaba en toda su existencia y siempre ha vivido con ese mentalidad desde que existe, con el viento frío rozando su suave piel de porcelana y su azabache cabello sedoso.

Ella sonrió, una sonrisa hueca, vacía e incluso falsa, pero aun así ella era "feliz" con el sentimiento acogedor de la soledad y nada más que su sola precensia era lo unico por lo que vivía, pero.

Con el sonido de unas pisadas hundiendose en la arena, ella dejo de sonreír, la hueca mueca se toecio en un instante en una cara plana, vacía y sus ojos perdieron toda luz reflejada. Solo para posar su mirada en el molesto ser que caminaba.

Era un hombre, tenía la mirada posada en la arena, así que no pudo mirar su rostro, tenía arapos, con la piel hecha un desastre mientras que sus manos mugrientas y su cabello estaba lleno de piojos, sus uñas eran negras.

Ella lo miro fijamente, para ojos cumunes, no era mas que un despreciable ser conocido como vagabundo, pero para sus ojos era alguien parecido a ella, sin hogar, sin nadie, solo en la vida.

Lo siguió mirando, y se percato de algo, un hermoso medellón negro en su cuello, era negro en un circulo, y un pentagrama con una especie de figura de cabra en el centro, al igual miro su muñeca derecha, una pulsera negra, y en su izquierda dos pulseras una blanca y una negra con figura de gatos.

Extrañada ella iba hablar, cuando un circulo magico de color grís aparecio a su lado derecho, y de ahí salió un hermoso hombre, tenía cabello plateado con ojos celestes, un elegante smoking, y portaba un galan en su cabeza.

"Lady ophis, lamento molestarla, pero se le ha solicitado por ordenes de el señor Razevim"

El hombre hablo haciendo una reverencia, pero levanto la mirada hacia la diosa dragón, que seguía observando al hombre que se alejaba en la penumbre de la oscuridad. 

Euclid, poso su mirada en la espalda del hombre que cada ves de alejaba más, y luego miro al dragón en forma de niña, por alguna razón el sentía una extraña sensación en el ambiente.

Con la confianza que había desarrollado con el dragón pregunto,

"¿Esta pensando en reclutarlo?" 

Con eso, la dragona por fin capto su precensia, lo miro con la tipica mirada plana para después volver a poner su atención donde el hombre había desaparecido. Se levanto de la piedra para levitar en el aire, y seguirlo. 

Euclid suspiro, aunque sus ordenes fueron llamar a la Diosa Dragona del infinito por parte de su señor, estaba más interesado en lo que fuera lo llamara la interes de la mujer. Dicidio seguirla justo detras.

Para Ophis, esto era intrigante, había algo que ese ser le llamara la atención, algo que extrañamente desconociá, algo que en sus millones de años de exitencia no sabía, pero el deseo curioso de su interes termino por seguirlo a la distancia, claro no le importo que el demonio que tenía detrás la siguiera.

Lo miro detenerse, y ella hizo lo mismo junto con Euclid, ladeo su cabeza esperando el acto siguiente del hombre, solo para sorpresa de ella empezara a llorar mientras que se tomaba la cabeza con ambas manos.

"Esta, ¿llorando?" 

Pregunto a nadie en especifico, pero recibio una respuesta.

"Así es, my lady. Quizas se lamenta de algo que recordo, o... algún sentimiento que.." 

Euclid, no logro terminar cuando observo como la dragona se iba acercando al hombre, nego con la cabeza para seguirla y posarse a su lado.

"Y-yo..."

Entre llantos ahogados, el hombre hablaba mientras que la mayoría de palabras que decía terminaban muertas antes de salír de su boca, se agarro la cabeza con desesperación y frenecí hasta tal punto de arrancarse el pelo negro.

Ophis se poso adelante de el, para mirarlo mejor y sin preguntarselo ella hablo.

"¿Quién eres?" 

Por primera vez en su vida, Euclid miró como la diosa dragón hablaba con alguien que no sea su señor, aunque esto no sea gran cosa para muchos, de hecho que alguien hablara con ella era signo de muerte en este mundo.

Ella espero, con su tipica cara. Pero el hombre levanto su cabeza para que dos orbes dorados vacios sean los protagonistas.

...

Hola, gente aquí la nueva versión de esta historia, como pueden ver es bastante corto este capitulo, sin embargo quiero aclarar que al hacer un prologo no quiero gastarme todas las ideas en un solo capitulo, pero prometo actualizar, como pueden ver tambien cambie la narrativa de la historia, espero que no se molesten, cualquier duda comentarla.

La cabra negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora