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" Limbo "
Desde la perspectiva de la iglesia, las almas libres de pecado son acogidas en el reino de los cielos, un lugar de gozo, paz y felicidad infinita y eterna, millones de personas sueñan con estar en ese paraíso cuando su tiempo en la tierra termine, hacen buenas acciones para limpiar sus almas y ser merecedores del descanso eterno junto a Dios.
Por otro lado, las almas pecadoras no cuentan con el privilegio de una eternidad de paz, aquellos que hayan pecado en vida perecen su eternidad en el infierno, donde las almas son torturadas sin descanso, haciéndolos pagar por los pecados que alguna vez cometieron.
Pero, aquellas almas que no fueron ni buenas ni malas... ¿que sucede con ellas? Te preguntaras. Ese tema jamas fue cuestionado antes, muchos creerán que por estar libres de pecados esas almas ascenderán al cielo, esa hipótesis es muy probable ya que no hay pecado que castigar, por lo tanto no pertenecen al infierno.
Aunque en nuestro caso, no estamos hablando de un humano, por lo cual la comparación sería descartada.
Una maldición es en sí, maldad pura, sus almas ya tienen un lugar reservado en el infierno debido a que se espera que ellos cometan los peores pecados.
Volviendo a la pregunta anterior, que sucede con las almas neutrales? Aquellas que no son buenas ni malas. Tenemos entendido que una maldición irá al infierno tras su muerte, debido a aquellos pecados que provocaron, aquí es donde la pregunta se vuelve más compleja.
¿A donde va el alma de una maldición que jamas cometio un pecado?
Un alma corrupta que jamás tuvo intenciones de causar desgracia, quien murió sin haber cometido el más mínimo pecado.
