Arrepentido

Eran las 23:49 horas de la noche. Horario de cierre, ya casi ningún visitante se encontraba en las instalaciones. En unos minutos habría de llegar la única guardia de seguridad para activar las cámaras y al staff bot nocturno. Faltaban 11 minutos para su llegada, 11 eternos minutos para cierto conejo animatronico el cual huía despavorido de su agresor, alguien que en su ingenuidad e inocencia jamás llegó a pensar que lo querría lastimar, aquel nuevo compañero del cual él mismo estaba tan emocionado de conocer ahora lo estaba cazando en el Montygolf. Había caído en la trampa de aquel caimán el cual activó la seguridad de la sala de juegos atrapando a ambos dentro sin poder escapar. El conejo corría por todos lados perdido en el pantano de aquel que pensó podría llegar a ser su amigo, incluso algo más...

Mientras buscaba dónde escapar un par de ojos no lo dejaban de vigilar, aquel animatronico ya conocía cada rincón de su propia atracción, no había manera de que aquel indefenso conejo pudiera escapar de sus garras ahora.

B.─ ¡¡Monty!!, por favor... s-si hice algo mal... Algo que te enfureció... ¡¡Lo siento!! ¡¡De verdad!!

Monty lo observaba escuchando sus súplicas, pobre de él, intentando persuadir lo, no tenía caso seguir gastando su habla. El caimán estaba decidido a quitarlo de su camino. Pero, ¿por qué se demoraba tanto en hacerlo? Eso ni él mismo lo sabía.

Un estruendo se escuchó detrás de aquel conejo aterrado. volteando a ver el origen del ruido un caimán se levanta imponente, se había lanzado de lo más alto de la atracción cayendo de pie a unos metros de él, este alzó la mirada fijándose en su presa, aquel conejito temblaba de miedo ante esos ojos carmesí llenos de ira.

M.─ ¿Qué hiciste mal? Yo te lo diré... Tu error fue confiar en mí.

Bonnie temblaba mientras Montgomery lentamente se acercaba a él, ambos están en una pasarela de metal suspendido a unos metros del suelo, debajo suyo estaba el campo de golf, Bonnie miró un posible escape, del pánico decidió saltar de allí cayendo al piso inferior, la caída afortunadamente no lo daño así que se incorporó y huyó lo más rápido que pudo entrando a los cuartos de mantenimiento. Grave error... Ahora si no tenía escapatoria..

El caimán lo perseguía sin prisa, se divertía de lo fácil que le resultaba, el asustado bot de orejas largas se acorralaba solito en aquel sitio. Monty sabía bien donde se había escondido, caminó dando pasos pesados haciendo sentir su presencia con el fuerte sonido de su andar. Recorrió todo el pasillo hasta llegar al último cuarto ,azotó la puerta viéndose allí al conejo contra la pared aterrado sin saber dónde huir, ya no había escapatoria.

B.─ Monty p-por favor... y-yo solo... quería ser tu amigo....

Montgomery analizaba cada detalle de su contrario, realmente disfrutaba verlo tan aterrado. Ya lo tenía atrapado, aun así, ¿por qué no se movía? su cuerpo no lo obedecía, solo observaba a su presa alzar su mano intentando cubrirse de él, con un gran esfuerzo logró dominar su cuerpo, soltando un fuerte gruñido antes de acercarse lentamente.

M.─ deja de hablar... Acepta tu destino.

El caimán saltó hacia el conejo golpeando fuertemente su cabeza contra el suelo, lo sostuvo del cuello dañando su caja de voz haciendo que no pueda hablar muy claramente.

B.─ Mon...ty... lo... sien....to...

Miles de alertas inundaron la visión del conejo mientras su agresor apretaba cada vez más fuerte su cuello. El caimán preparó su puño con su mirada llena de odio hacia el pequeño animatronico debajo suyo, viendo como lentamente cerraba sus ojos como si estuviera aceptando aquel cruel destino. Monty no podía moverse, sus extremidades comenzaban a temblar, ¿por qué le estaba costando tanto terminar esto? ¿por qué aquel conejo no está destrozado aún? No podía encontrar respuestas a sus dudas, lleno de frustración dio un último esfuerzo para dar el golpe con todas sus fuerzas, seguido de un fuerte sonido al impactar.