Cristiandad.

11 1 0
                                    

El trabajo de un creyente es cuando menos complicado.
Día con día se levantan a adorar a un Ser que consideran omnisciente, omnipresente y omnipotente.
Noche con noche se decepcionan al no haber tenido suerte en su día, no haber conseguido el dinero para su miga de pan.
Y de nuevo, al día siguiente, agradecen por el día de mierda anterior saliendo a tener otro igual, todo porque es el “plan perfecto” del “Dios perfecto”.

Epicuro de Samos crearía la paradoja que a dudar a cientos de hombres de su creencia.
Si Dios es omnisciente, entonces no es omnipotente; si es omnipotente, realmente no es omnisciente.
En el libro de Job, 38:2 se cuenta algo similar.
¿Quién eres tú para dudar de mi sabiduría, si sólo tonterías has dicho?

Aquí sabemos que aquello a lo que una tribu de pastores hebreos llamaron “Yaweh” no era más que el compilatorio de sus enseñanzas.
Nisiquiera Dios sabe qué es lo que hizo o cómo lo hizo, se queda viendo el universo como lo que es, una moledora de carne llena de entropía.
Lo que les dió vida y la mantuvo así.
¿Qué más podría ser sí no eso? ¿Un verdadero Dios? ¿Un ser místico que realmente propaga amor con la propaganda de la violencia innecesario?

Yo resuelvo para mí mismo las dudas de mi propia creación.
Lo que llamamos Dios no es Dios, es más, ni es Deidad.
Es conocimiento, ciencia, evolución.
Es un ser de carne y hueso que escribió enseñanzas para la posteridad que un día por orden de otro ser similar se convirtió en algo más.

La fe es inservible si no se tiene en el hombre.
La fe en un sistema, en la política, en el Dios, en un hombre, es inservible.
Nunca verás a un político manchando sus manos de sudor, lagrimas y sangre para llevar pan a su mesa, el hombre jamás vivirá por los demás más que por si mismo.
Nunca en tu vida verás al Dios pelear y ganar una guerra.

Tu fe es inútil.
Mi fe es inútil.
La fe es inútil.
Destrúyela y edifica una nueva, la fe no sirve si no es tu fe, fe en ti mismo, en nadie más que en ti, pues tú eres el pináculo de la creación perfectamente imperfecta que el cosmos en su inmensa indiferencia, vasta e infinita, legó, aquel polvo estelar que se convirtió en el ser multicelular supuestamente pensante y razonable que eres hoy en día.

No tengas fe en Él.
No tengas fe en ella.
No tengas fe en ellos.
Ten fe en ti.

Poemas de la vida, escritos por alguien que no sabe de ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora