Capítulo 10.

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Jake.

Era solo un pobre animalito, no merecía ese mal, si los dueños no cuidarían como se debe a la perrita, no deberían dejar que sus mascotas jueguen entonces.

–¿Estás bien?.-dijo Heeseung.

–Un poco.

–Entiendo que te pongas de esta forma, incluso a mí me duele que exista gente así de mala, pero así es la humanidad, no lo podemos cambiar.

Solo asentí, lo peor es que él tenía razón, así es la humanidad, lamentablemente no lo podemos cambiar.

Solo continuamos en silencio nuestro camino hacia la universidad, no hacía frío, pero de todas maneras tape con mi chamarra a la cachorrita, no quería que enfermara.

Cuando llegamos a la universidad trate de ser lo más discreto posible para que nadie se diera cuenta de que tenía a un animalito en mi abrigo, los chismes corren rápido por esta universidad.

No sabía que diría el director, ya había dejado que yo cuidara de un bebé en la universidad, más todavía faltar a clases por dos semanas. Admito que tenía miedo de su reacción, normalmente el es una persona muy amigable, no sabía que pasaría.

–¿Tienes miedo?.—dijo Heeseung, su vista seguía mirando al frente.

–Algo así, ¿Y vos?.

–Diría que sí, algo asustado.

–Solo trata de tranquilizarte, no puede pasar algo tan malo, ¿Verdad?.

–Pensemos que no.

–Bien.

No me percate en el momento en el que la cachorrita se quedó dormida, se miraba tan jodidamente tierna, espero que el director si me dejara tenerla en la habitación, hasta que mi familia regrese de Australia.

Cada vez nos estábamos acercando a la oficina del director, normalmente siempre estaba de buen humor, o algo así, rara vez se le veía enfadado o algo así.

Sin darme cuenta, ya estábamos en la oficina del director, tuve un pequeño pánico. Me decidí por todas, toque la puerta del director.

Tok tok.

–Adelante.—se escucho del otro lado.

–Buenos días director.-dijimos Hee y yo.

–Buenos días, ¿Pasa algo?.

–Vera... El joven Lee Heeseung y yo salimos al parque un rato.—era el director, teníamos que ser formales.

–¿Compañeros de cuarto no?.

–Así es, cuando veníamos de regreso escuchamos unos ruidos en un callejón, y encontramos a esta perrita.—dije mientras abría mi abrigo y le mostraba a la perrita.

–¿Quieren que la adopte?.

–Ah, no, le queríamos pedir permiso para poder tenerla en la habitación.

–Bien, seré sincero, saben perfectamente que yo no soy una persona que es mal humorada y así—asentimos–pero no les sabría decir sobre tener a una mascota en la habitación.

«¿Por cuánto tiempo la tendrías en la habitación?».

–Solo sería hasta que mi familia viaje de Australia a Corea.

–¿Todavía no llegaron?.

–Tuvieron algunos inconvenientes, por eso han podido llegar todavía.

–Bien, yo amo a los animales, y entiendo que tú quieras ayudar a esta perrita, por eso dejaré que se quede, solo hasta que tu familia llegué de Australia.

Just you and me -HeeJake-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora