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LAUREN

- Cameron, come tus verduras - pedí a mi hija de 5 años

- no me gustan mami

- pero te hacen bien - pique algunas verduras con el tenedor y se lo acerque a mi hija

Me esquivó, rechazando los vegetales.

- mami, ¿A qué hora viene mi mamá? - pregunto abrazada a su oso de peluche que le regaló mi esposa Camila - prometió que iba a venir hoy a contarme un cuento - deje el tenedor de lado

Conocí a Camila en la preparatoria, nos hicimos novias tiempo después pero en un descuido de ambas, termine embaraza de Cameron a mis 18 años.

Tuve tanto miedo, no quería arruinar la carrera de Camila y traerle más problemas con sus padres pero ella fue tan amorosa y me apoyo... Así fue como empezó todo.

Nos mudamos a un departamento pequeño. Debía admitir que era el peor departamento pero junto a Camila, tratábamos de mejorar juntas.

Camila logro encontrar un buen empleo y ganó popularidad por su increíble don. Pasamos de tener un departamento miserable a tener una casa enorme y una buena vida.

Entre las dos, logramos darle una vida cómoda a Cameron. Mi amiga Normani me había ayudado a conseguir un trabajo pequeño.

La niñera Ariana y también mi amiga, cuidaba a Cameron pero tampoco me gustaba dejarla tanto tiempo.

Hace un año, todo comenzó a cambiar. Camila obtuvo un ascenso de forma rápida. Al principio no me molestaba que se ausentará en casa pero los meses pasaban y Camila a veces ni llegaba a casa por semanas enteras.

Peleamos mucho por su ausencia, prácticamente cuidaba yo sola a Cameron.

Con el tiempo, ya me había acostumbrado a su ausencia pero odiaba cuando prometía cosas a mi hija y no cumplía.

Entendía que Camila tuviera un don para ayudar a la gente pero... Solo pedía un día para nosotras. O una hora, solo eso pedía.

El teléfono comenzó a sonar. No había ni comido.

Me puse de pie para responder.

- ¿Es mamá? - se entusiasmo Cameron

- no lo sé, bebé. Come - salí de la cocina y camine a la sala.

Levanté el teléfono.

- diga

- Lern... - era Camila

La amaba como el primer día que nos conocimos pero a veces sus acciones me enojaban.

- ¿Cuántas veces te e dicho que no le prometas nada a mi hija si no vas a venir? - reclamé en voz baja

- Lauren, pedí una semana de descanso. Iba a pedir más pero...

- no juegues conmigo - suplique con miedo

Dos veces me había dicho eso y se la pasaba en el celular o saliendo.

- te juro por nuestra hija, que está vez les daré una semana. Solo las 3. Lo juro - no quería creerle pero en el fondo... Confiaba en su palabra - cree en mi

No fui capaz de responder. Dolía cuando me ilusionaba y no cumplía.

- ¿Puedo hablar con Cameron? - pregunto después de un rato

- no lo arruines, Karla - quería ponerme sería, mi hija se ponía mal cuando no llegaba - No quiero ver llorar otra vez a mi hija. Por favor, Camila - deje el teléfono en la mesita

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