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Mary llevaba enamorada de Michiko durante 3 años. Desde la primera vez que vio a la joven y hermosa geisha, calló ante sus encantos. Y es que¿Quién no lo haría? Ella era muy hermosa, talentosa, amigable y buena, pero con su lado duro y aterrador.
Cómo con sus movimientos suaves y delicados, llenos de sentimientos escondidos hacía sentido a su apodo, La mariposa roja. Para Mary, ella era la definición de perfección. Daría todo por ella, según Mary, Michiko la sacó de la oscuridad que la consumía por dentro, logró purificar cada célula de su cuerpo y darle luz y sentido a su vida. Siempre le estaría agradecida por todo lo que hizo por ella, por eso le fue inevitable caer de amor por la geisha.

Nunca se atrevió a confesarle sus sentimientos por miedo al rechazo de la joven geisha. Tenía miedo de arruinar la bonita relación de amistad que compartían ambas y tenía aún más miedo de alejarla.

Pero la reina sangrienta nunca descartó la posibilidad de confesar sus sentimientos. Los veía peligroso y arriesgado, pero si Michiko le llegará a corresponder sus sentimientos, viviría feliz junto a la persona que más amó desde que llegó a la vieja mansión

Y ese era su propósito ahora.

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La reina dió un cansado suspiró, acababa de llegar de una cacería y se sentía exhausta.

-Mary, volviste¿Cómo te fue? - preguntó un interesado Bane.

-No tan bien cómo esperaba- Respondió Mary

-No te preocupes- Comentó Grace - la próxima te irá mejor

-Eso espero...- La joven reina solo quería descansar un rato.

Se quedaron unos minutos charlando tranquilos, hasta que la presencia de cierta geisha japonesa se hizo presente en el lugar.

-Mary, que sorpresa ¡Volviste! ¿Cómo te fue? - preguntó Michiko con una sonrisa escondida detrás de su abanico.

Mary podía jurar que su alma(si es que aún tenía) se había ido. Escuchar la angelical voz de ella le provocaba escalofríos por todo su cuerpo y una sensación se tranquilidad llenaba su cuerpo. Cómo pudo, contestó

-N-no me fue tan bien... ¡Pe-pero tampoco tan mal!... Es decir...¿Más o menos? Creo yo...- Mary quería que la tierra se la tragase.

-Oh, bueno, espero que para la próxima vez puedas ganar- Respondió Michiko, guardado su abanico, dejando ver su hermoso maquillaje- Yo se que eres capaz de todo, solo confía en ti- Le dedicó una sonrisa.

-Muchas gracias Michiko, eres m-muy amable- Un sonrojo se hizo presente en su rostro, desviando la mirada

-No hay porque, después de todo, eso hacen las amigas ¿No?

Un pequeño vacío atacó el corazón de Mary, llenándola de un malestar e incomodidad.

-Si... eso hacen- contestó dolida y con una sonrisa forzada.

Amigas, Si...eso eran lo que eran, solamente amigas.

-Con permiso...te-tengo que irme, Joseph dijo que me necesitaba para...ya saben... arreglar su pelo, no sabe peinarlo solo, así que...me voy, suerte en sus cacerías y n-nos vemos- Mary se despidió de los presentes y se fue

-Adios- contestaron al unísono Bane y Grace

-Nos vemos luego- Michiko estaba confundida¿Acaso Joseph no sabía a la perfección como arreglar estéticamente a alguien? Después de todo, él es fotógrafo

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-Ugh dios Joseph, mátame - Mary estaba muy estresada.

-Calmate porfavor, tu estrés se va a pasar a tus movimientos y vas a arruinar mí peinado- Comentó Joseph mirándose en un espejo- Te está quedando bien, aunque es obvio porque soy yo tu lienzo, cualquier cosa me queda bien.

Mí amor escondido [One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora