Complicada Situación [Shin Soukoku] [PAUSADA]

Encontrados

¡Siento mucho la tardanza! He comenzado las clases y me han tenido ocupado pero no piensen que he abandonado este fanfic.

Espero disfruten el capitulo y perdonen las molestias.

— ¡Atsushi respira!

Los miembros del universo alterno se escondieron dentro del callejón de la tienda de telas, Akutagawa buscaba calmar al albino quien intentaba moderar su respiración.

— ¡Pero nos han visto Ryu! ¡Y él...! N-no puedo, dime que me equivoco por favor —se agarraba la cabeza como si se le partiera de dolor.

— Sé que esto es impactante para ti pero debes calmarte —le daba pesadas caricias en la espalda buscando que las sintiera—. Debemos alejarnos.

— ¡No! —Atsushi se levantó bruscamente, sus ojos eran de un dorado feroz—. ¡Nos encontrarán y podría pasar cualquier cosa! ¿Y si nos pasa como en las películas? Si tocamos a nuestros otros "Yo" desaparecemos en la nada.

El ex mafioso comenzó a balbucear para sí mismo ignorando las palabras de su compañero, quien dio un suspiro antes de hacer su siguiente movimiento.

— ¡Ugh! —la habilidad del detective lo ahorcaba del cuello.

A los pocos minutos el albino quedó inconsciente mientras su compañero suspiraba, anotando mentalmente de ver menos películas de viajes en el tiempo con su compañero, estaba por darse media vuelta e ir a buscar algún refugio lejos de la sede de la mafia.

— ¡Cuidado!

El cuerpo de Akutagawa quedó incrustado en la pared por una señal de tránsito sujetada por Kenji, quien estaba acompañado por Kyoka que revisaba al albino. 

— Respira. —mencionó preocupada y lo cargó por uno de sus brazos, preguntándose por qué el cambio de look. 

Con ayuda del rubio cargaron al albino y se dirigieron al edificio de la agencia, completamente ajenos del intento de ataque a la mafia y que el albino que llevaban en brazos, no era su albino. 

— ¿¡Quieres tomarte en serio la situación, tú desperdicio de vendas!? —Kunikida zarandeaba al castaño como un muñeco de trapo—. ¡Tomemos a Ototsu y vámonos de aquí! 

— No tan rápido —el mafioso se colocó frente al ex maestro de matemáticas, la diferencia de altura no lo intimidaba—. Me ordenaron matar a este hombre. 

— Y a nosotros arrestarlo, perro rabioso —Kunikida soltó al castaño para tener una pelea de miradas con el pelinegro. 

— Akutagawa —Atsushi interrumpió la pelea acercándose con una expresión seria—. ¿Desde cuándo tienes un gemelo? 

— Eso no es importante ahora Atsushi-kun —murmuró Dazai sobándose el cuello. 

— Pero-

— Están rodeados.