En un encantador lugar, donde seres mágicos habitan, mi nombre es Caos, soy quien esta bajo cuidado pues tras un descuido puedo destruir hasta el último rincón de Terrabin, el sitio donde vivimos.
La magia es algo así como un milagro, aún cuando está pueda ser peligrosa, sin embargo yo soy la única arma mortal para el reino. Mi reino.
Soy la hija única de la familia Reinaris, mi padre controla el Agua, pues si magia es bajo este elemento, mi madre la tierra, y el abuelo manejaba la sanación, su magia era un punto de alineación entre los cuatro elementos, al igual que la abuela.
Yo por mi parte, soy el error, único en su esplendor.—Hola Terraris.
—No me llames así.
—Ese es tu nombre Terra.
—Prefiero que no me hables y aun así lo haces, así que no espero que me llames Mika.
—Eres rara.
—Mikel, ese es mi nombre, si no te gusta vete.
—Solo vine a dejarte tu almuerzo, honestamente pasar tiempo aquí es aburrido.
Y lo sé, claro que lo es, justo mi habitación queda en un punto donde la magia es casi inexistente, se hunde y no crearé caos, porque si mi magia es destrucción, hará que el mundo se venga abajo y no haya nada más que ardor y dolor.
Voy hasta el balcón y al salir me siento viva, llena de energía, aunque mi poder no esté completo, aún así es mejor que nada, con tristeza empiezo a crear copos, caen desde diversos sitios y me acompañan en una danza sin fin, estos vuelan como aves libres y felices a mi alrededor, mientras yo como en silencio con el espectáculo creado por mi no me siento tan triste, tan sola y aunque muchas veces pensé en invitar a Royel a comer junto a mi, cada que ingresaba dejaba ese plan, su actitud apestaba.
Sin más que hacer me dedico a ver desde lo alejado de mi habitación a los pueblerinos, van de un lugar a otro con sonrisas plasmadas en el rostro, a diferencia de él, el chico que va con semblante preocupado y parece perdido, mira hacia todos lados como si superan que lo observan, pero no puede verme, así que continuo mirando, a menos hasta que veo que se aproxima al palacio, luego de eso, por la posición del balcón dejo de verle.
La noche es la misma, el silencio es horroroso y mi vista me pide cerrar mis ojos, pero como cada noche estoy hipnotizada por la constelación frente a mis ojos, se llama Barkira, fue creada unos años después de mi nacimiento, por un joven poderoso, su magia era capaz de construir hasta planetas, era como si el tuviera la esperanza de todo un pueblo si yo intentaba acabar con este, el podía darles un nuevo hogar, esas estrellas formando a Barkira eran mi confirmación.
—Buenos días princesa Mika.
Escucho voces, algo se pone alerta y desde el suelo del balcón veo a una silueta nueva, es un chico eso es claro, pero no se quien es.
—Aquí estoy.
Y eso es suficiente para que la mujer llega hasta mi acompañada del chico.
—Roy dejara de servile señorita, ahora se encargará de usted el Joven Arkan.
—Un placer.
Sonrió, es el mismo chico.
—¿Qué hace ahí tirada?.
No deja que responda cuando me reprende, me aguanto las ganas de reír porque posiblemente la haría endurecer.
—Me quedé viendo a Barkira...
—Como cada noche.
Completa ella por mi, para nadie era un secreto, sin embargo el chico me mira anonadado.
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Caos: esto es Terrabin
FantasyEntre un mundo de magia, donde dos chicos se salen del molde, siendo polos opuestos. Mientras ella crea destrucción y caos él construye vida y reparación. Tan diferentes pero tan iguales. Un reino donde ella es la princesa, Caos, así la conocen todo...