Han pasado solo dos días de su partida, pero se siente eterno.
Me había acostumbrado tanto a él que ni siquiera lo había notado hasta que se fue y ahora me sentía confundida, muy confundida.
Quería salir de estas paredes, hace años había de dejar de añorar la libertad, pero hoy que el no está, el deseo de salir se instala en mi.
—Buenos días princesa, ¿me extrañaste?.
—¡Royel!.
Corro hasta él y brinco, este me sostiene en el aire con una sonrisa enorme.
—También te extrañe princesita.
Sus manos recorren mi espalda con delicadeza, sigue conmigo en brazos y no me doy cuenta hasta que llegamos a la cama, me deja caer con la misma delicadeza que es debido, osea ninguna, se rie poco y luego extiende un bolso marrón con detalles dorados, es un regalo eso es seguro.
Había pasado dos meses desde que se marcho y aunque no parecía echarlo de menos, existían días que quería verlo aunque sea solo segundos.
—¿Qué es?.
—No lo sabrás hasta que lo abras.
Y eso hago, me encuentro con un bonito y nada ostentoso vestido carmín, con algunos bordados y la parte superior imitando un corset, es divino, me encanta y estoy segura se nota.
—Gracias, gracias, yo no tengo nada para ti.
—Tú compañía es suficiente.
Estoy por decirle que no sea imbécil pero nos interrumpen.
—Buenos días Mika.
—¿Arkan?.
Ni siquiera puedo levantarme, siento mi cuerpo temblar y quiero llorar, le he echado de menos sin dudas, esta ahí, precioso como siempre.
—¿Arkan?.
Esta vez habla Roy.
—Disculpa la interrupción, llegué hace nada y me contaron que la princesa quería verme, soy Arkan Serath, el cuidador de esta chica, bueno si ella quiere que lo siga siendo.
—Ya veo, eras mi suplente.
¿Es idea mía o él parece molesto?.
—Ya veo, tu eres Royel, he escuchado mucho de ti, eres un grandioso mago de auras, definitivamente muy pocos en tu clase.
—Me alegro que lo sepas.
No dicen más gracias a Nez, quien aparece en el momento indicado, lleva una mesilla de dos estancias, donde reposan en ella alimentos suficientes para tres personas, al llegar a la puerta la mesita cae suavemente hacia el suelo pues la magia se extingue, entra con una sonrisa y sus pasos suenan seguros, captando la atención de todos.
—Buenos días Nez.
Saluda Roy, su voz otra vez es alegre y suave, como si segundos atrás no estuviera enfadado.
—Buenos días jóvenes, les he traído el desayuno, el rey me informó que estarían aquí.
—Muchas gracias Nez, que tengas un buen día.
Esta se retira alegre mientras Arkan dice algo alto un "buenos días Neza".
—Bien, vamos a desayunar.
—Puedo ir a desayunar fuera si estas muy ocupada.
—Sería magnífico.
Añade Roy y lo miró mal, veo como Arkan toma el pequeño bolso que hasta ahora noto y esta dispuesto a irse, ni siquiera me mira, quizás para que no intervenga, aun así lo hago.
—No hay necesidad, podemos comer los tres juntos, además Roy, deberás ir a ver a mi padre de inmediato, así que tampoco es que podamos conversar mucho.
Ambos asienten disgustados pero no tienen intenciones de contradecirme, cosa que en realidad agradezco.
Boto el regalo al otro lado de la cama y con la poca magia que existe aquí le hago un ademán a Roy, quien hace acción de ella y trae consigo una mesa y un banco, rápidamente invitó a sentarse junto a mi a Arkan quien me sonríe sincero y se sienta de un inmediato. Nos disponemos de comer, las tostadas y la ensalada que tenemos frente a nosotros, vierto un poco de zumo de arándanos y frambuesa en mi vaso, los chicos optan por el café y agua, me río un poco por sus reacciones sobre mi decisión pero no digo nada, solo disfruto en silencio.
Mientras yo tomo un poco del yogur con almendras y nuez, veo como ambos prefieren el huevo y tocino, quisiera ingerir lo mismo, sin embargo no soy fanática de esos alimentos.—Gracias por invitarme a desayunar, debo ir con tu padre, nos veremos más tarde Makael.
—Claro Royel.
Y se marcha, hasta ahora noto que la puerta siempre estuvo abierta y no preguntó el porqué, prefiero quedarme con esa duda.
—¿Cómo te fue en tu viaje?. Creí que tardaría más.
—Bien, logré encontrar otros métodos de estudios que sea mucho más funcionales, o eso espero.
—Seguro lo serán.
—¿Cómo han sido tus días sin mi?.
—Me preguntaba que sería salir, no lo sé, sería magnífico, pero bueno, sigo aquí.
—Tu idea es arriesgada, que dices, ¿lo intentamos?.
—¿Qué?.
No puedo estar más confundida, claro que lo estoy, porque en realidad no está proponiendo que rompamos las reglas, sería muy descabellado, arriesgado, loco y muy contrario a lo que él decide siempre hacer, actuar bajo la estabilidad y lo justo.
—Puedo hacer que salgas, solo tienes que mantenerte cerca de mí.
—No.
Tal vez si es lo que desee, pero podría arriesgarse mucho, también se debe a que quizás me siento segura bajo estas paredes, por sombrías y aisladas que sean.
—Bien te lo pierdes.
—Mejor vayamos al balcón.
—Barkira no se ve ahora.
—Lo sé.
No insiste más y me sigue, como si fuera importante estar ahí, conmigo, bajo los silencios cautelosos y mis pensamientos agradezco que este aquí, que su viaje haya ido bien y tenga planes de quedarse, aunque todos sepamos que será otro pequeño lapso de tiempo.
Entre quejas me cuento un poco de su viaje, algunas costumbres de las mujeres fuera del área del pueblo, aquella que habitan entre los bosques y la marea.
Estoy anonadada con las anécdotas, me siento estúpidamente sorprendida, pero no por ello lo interrumpo, dejo que prosiga con sus historias hasta finalizar, cuando guarda su voz en silencios largos y prolongados me atrevo a mirarlo, él me sonríe y da un pequeño asentimiento, indicando así que se detuvo para que yo pueda cuestionar, por mínima o extraña que sea la pregunta, en ocasiones luego de finalizar de decirle mi duda rie, otras piensa y cuando parece que evitará responder, me mira y empieza a susurrar lo que él conoce, como si fuera prohibido o estuviera mal, a veces simplemente me da su opinión pero añade que se debe a como lo ha vivido o experimentado, así que me quedo satisfecha cuando este se marcha unas horas después, irá a entrenar y al esconderse el sol volverá, cenar a junto a mi y entonces veremos a Barkira como lo prometió.
Así que sólo me queda esperar.
Esperar a su regreso.
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Caos: esto es Terrabin
FantasyEntre un mundo de magia, donde dos chicos se salen del molde, siendo polos opuestos. Mientras ella crea destrucción y caos él construye vida y reparación. Tan diferentes pero tan iguales. Un reino donde ella es la princesa, Caos, así la conocen todo...