Ella tendría algo mío, no sabía si debía estar feliz, nerviosa o paniqueada pero de todos modos ya nos encontrábamos en mi habitación.
No estaba del todo arreglada pero algo era algo.
Me había pasado la tarde arreglandola y desempacando por lo que ya no habían tantas cajas.
-- Disculpa el desorden,tu sabes la mudanza y eso -- dije mientras trataba de esconder un poco se cosas en un cajón.
Y como si nada,ya no se notan.
Ella no me respondió solo miro el decorado del cuarto.
-- Bueno que tienes para darme -- dijo observando unas fotos -- de chaquetas digo.
-- Ah si si, mira estas.
Le inicié a mostrar todas las que tenía. Ninguna parecía convencerle.
-- Esta, es hermosa,te importa? -- dijo agarrando una camiseta de franela abierta.
Era color marrón de cuadros. Algo vintage.
No la usaba hace mucho.
-- Claro, toda tuya.
Me quedé admirando como le queda. Le quedaba mucho mejor que a mi. Todo le quedaría bien.
No me sorprendería que se viera bien con todo.
Se te caerá la baba.
Y ahí fue cuando no se como carajos recordé a lo que veníamos a mi casa.
-- Carajo el postre. -- dije y bajé corriendo las escaleras.
Entre a la cocina a la velocidad de un rayo, Flash quien te conoce? y saque el postre de la nevera. Era uno que comía mi madre en su país natal. Mi madre no era canadiense, era latina y parte de las comidas que comíamos igual.
Miriam bajó segundos después ya con la camiseta de franela puesta y tenia la suya de color verde en el brazo.
-- Dejamela,yo la labo y te la devuelvo. Se una mezcla buenísima para sacar la sangre. -- le dije y rápidamente dejé su franela sobre la cocina.
Le tomé del brazo y corrí fuera de la casa no sin antes tomar las llaves del mesón.
Llegamos poco después algo agitadas por que tuvimos que correr para poder llegar lo antes posible.
-- Por que demoraron tanto? -- dijo la tía Ming apenas abrió la puerta.
Le señalé mi rodilla donde tenía una curita.
-- Pasen de una vez, tu mamá estaba preocupada.
Le hicimos caso y dejamos el postre en la mesa de la cocina.
-- Por que demoraron tanto? -- pregunto mi mamá.
-- Me caí pero ya estoy bien, Miriam me ayudó -- dije algo avergonzada.
Mi madre sólo asintió y comenzó a servir el postre que compramos a un par de calles cerca de aquí. Era una suerte de que hubiera una tienda de postres latinos.
-- Carmen te salió delicioso.
Me reí para mis adentros. Todos lo digustamos maravillados.
(...)
No sé cómo llegamos aquí. Pero estábamos disfrazadas con cosas tontas mientras que cantábamos una canción de 4town.
De verdad no se como fue que paso,pero estábamos hasta maquilladas y no de forma linda.
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MIRIAM X TU
Teen FictionComenzando esta historia es chica x chica así que si no te gusta este tipo de contenido te invito a que te vayas. "T/n" tendrá unos 15 mientras que las demás como Miriam, Abby , Priya y Mei entre 15 y 16. "T/n" se mudará con su madre luego de la mu...