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Otro día más en Canadá.

Miriam estaba con Mei, habían decidido salir ese día ya que hace mucho que no habían salido.

Miriam podía sentir como el dolor se iba, pero solo un momento.

¿Las pastillas?, Ya no estaban haciendo efecto.

Miriam: Mei, promete algo

Paro de caminar, Mei también hizo lo mismo, mirando a la más alta confundida.

Mei: ok Mentita, ¿Que es?

Otra vez aquel apodo, alegrando el corazón de Miriam y acelerando la enfermedad.

Miriam: prométeme que sonreirás no importa que

Mei no había entendido en ese momento... Lastimosamente lo entendió más tarde.

Mei: lo prometo

Miriam sonrió, Mei solamente se quedó admirando la sonrisa de la más alta.

Bueno estos momentos siempre los guardará.

Mei agarró la mano de la patinadora, quién la miró sorprendida ante eso.

Mei: vamos por unos helados Mentita, está vez yo invito

Dijo, empezó a caminar a lado de la patinadora, quién se sentía mejor.

Por lo menos podía olvidar un poco su dolor estando con la persona quién la enamoró.

Las Rosas empezaron a crecer más, multiplicándose cada segundo, las raíces empezaron a multiplicarse, rodeaban el corazón de la patinadora.

Esa vez apretaron con un poco de más fuerza, la patinadora empezó a dolerle pero no quería que Mei la vea así otra vez, entonces se tuvo que aguantar el dolor que provocaba aquellas egoístas Rosas.

Esa vez apretaron con un poco de más fuerza, la patinadora empezó a dolerle pero no quería que Mei la vea así otra vez, entonces se tuvo que aguantar el dolor que provocaba aquellas egoístas Rosas

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Miriam otra vez estaba en el hospital, recién levantándose.

Sintió como si alguien la abrazara, era su madre.

Su madre se separó del abrazo, yendo a hablar con el doctor.

Se veía preocupada su madre.

Doctor: señora Wexler, el estado de su hija a empeorado, las pastillas ya no funcionan

Sra.Wexler: n-no, eso no

Doctor: lo siento, pero la señorita Miriam Wexler... Le falta poco de vida

Había escuchado la patinadora.

Debería estar con miedo, pero no, solamente sonrió, ¿Que le pasa?, Se preguntara lector y lectora, bueno ya no se asustaba mucho, ella misma sabía que iba a morir, al principio se había asustado pero ahora solamente lo vio como una noticia normal.

Vio como estaba conectada a una máquina, que decía su pulso.

Eso fue lo que le sorprendió.

Pero otra vez empezó a toser, su madre fue hacia ella intentando calmarla, el doctor empezó a llamar a su equipo.

Rosas [FINALIZÓ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora