.*♡*.10.*♡*.

375 23 0
                                    

Una sensación cálida y húmeda rodeaba a Jeongwoo, la relajante sensación de flotar lo hizo ronronear, era un gatito con gusto por el agua, raro pero cierto. Tenía mucho tiempo de no tener sueños bonitos y este era uno de los mejores, o en eso se convirtió cuando sintió que sus muslos eran abiertos y una lengua rasposa recorría de arriba abajo sus testículos. El sueño iba divino hasta que unos colmillos mordieron la parte más tierna de su muslo, haciéndolo saltar dentro de su propia piel.

—¡Qué demonios! — grito Jeongwoo cuando logro sacar su cabeza del agua, estaba seguro de haber tragado un litro entero del líquido. Abriendo los ojos se encontró a sí mismo justo en medio de un enorme jacuzzi, al menos dos docenas de velas iluminaban todo el rededor y unas enormes manos lo sostenían por la cintura, impidiéndole hundirse otra vez.

—¿Despierto?— sintió la tibieza del aliento de su pareja en el lóbulo de su oreja, causándole escalofríos.

Jeongwoo respiro profundo al darse cuenta que una de las manos del alfa había bajado para poder apretar sus partes íntimas, como si tratara de calcular cuánto pesaban sus tensas bolas— ¿Dónde estoy? — casi se felicito porque dos de sus neuronas lograron conectar para realizar aquella pregunta. Mientras la otra mano del alfa recorría su pene con una lentitud diabólica.

La risa ronca del alfa hizo que el pobre pene del chico temblara soltado un pequeño chorrito de líquido preseminal, se iba a venir si ese desgraciado seguía jugando a ese malicioso juego—Te he traído a mi guarida— cada palabra de Haruto estaba cargada con un tono erotico— es hora de que conozcas hasta donde te pueden llevar las caricias de un hombre.

Las rodillas de Jeongwoo se doblaron, sintiendo la fuerza de su compañero recostó su cabeza en el pecho que le prestaba apoyo mientras el pene duro del Alfa se sentía como una vara de hierro que le estaba rosando entre los globos de su trasero—¿Es hora? — pregunto Jeongwoo sintiendo como un anhelo calentaba su sangre.

La oscuridad total les envolvía, la poca luz de las velas invocaba a otro mundo, uno donde solo existían los amantes que se consumían por el deseo. La lengua de Haruto comenzó a probar todo el largo y delicioso cuello del cachorro— Aún la luna no está en lo alto del cielo— susurro el tigre mientras sus manos masturbaban el sexo— pero voy a iniciarte de a poco, cuando sea la hora… estarás listo para mí.

Jeongwoo era solo un lío de nervios sobre excitado, su pene estaba a punto de explotar, su culo era acariciado por un pene duro mientras el agua tocaba cada centímetro de su piel, un ronroneo escapo de su pecho.

—Ya no puedo— gimió el felino más joven— ¡Duele!

—Déjate ir, amor— aconsejo el hombre más alto— muéstrame cuanto me deseas-Un dedo grueso penetro lentamente en la intimidad de Jeongwoo, el joven gatito trato de apartarse, pero la voz de Haruto lo calmo de inmediato— Eres joven, estas muy cerrado por aquí… Tengo que asegurarme de que cuándo llegue el momento no te haré daño.

Para el joven gatito todo era nuevo, las manos que le acariciaban, el dolor en su pene desesperado por aliviarse de la enorme carga de semen, el vacio de su culo que estaba desesperado porque la enormidad del tigre entrara en el. Su madurez sexual no sería plena hasta que la luna estuviera en lo alto del cielo.

Haruto respiro profundo, el aroma de su gatito perforaba, la habitación con notas dulces, era como llegar a casa, sentía que estaba a un segundo de arrepentirse de esperar a la luna y tomar a Jeongwoo sin tanto trámite. El alfa estaba seguro de que si algún amante joven se hubiera topado con este inocente gatito sensual no habría sabido cómo complacerlo y tocarlo como el lo hacía, suerte que él era un tigre con experiencia.

Mientras las manos no se detenían en su juego erótico, la boca de Haruto devoro la de Jeongwoo. Los gritos del joven gato montés eran desesperados, el cabello castaño corto revuelto, los labios hinchados de tanto beso. El alfa se mantuvo en control, con un brazo alrededor de la fina cintura, retuvo a su amante sobre sus pies mientras con la otra mano masturbaba el pene erecto. Un chillido felino escapo del más joven. Doblando la espalda se vino tan fuerte que vio estrellas con sus parpados cerrados.

Cuando el tigre probó  su gato②♡Hajeongwoo(Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora